El PP de Caldas cerró ayer filas en torno al presidente provincial del partido, Rafael Louzán, que convocó a los más de 350 militantes del municipio para abordar la situación tras la dimisión, este verano, del presidente de la Junta Local, Evaristo Juncal, que llevaba en el cargo desde el año 2006. Hacía ya tiempo, al menos unos dos años, que Juncal quería dejar esa responsabilidad, y así se lo hizo saber en varias ocasiones a las juntas local y provincial del PP. La decisión final llegó en el período estival, hace unos tres meses, a menos de un año de las elecciones municipales de mayo. Con la vista puesta en esos comicios locales, el PP caldense debe afrontar ahora un proceso interno para buscar relevo en la dirección del partido, ya sea a través de un congreso o nombrando a una gestora provisional. El portavoz municipal del partido y último candidato a la Alcaldía, Jesús Goldar, no descarta que la presidencia pueda recaer en él si los afiliados lo consideran oportuno. “Estuve, estoy y estaré a disposición de mis compañeros para intentar ayudar en donde humilmente crean que puedo hacerlo”, aseguró ayer antes de la reunión con los militantes.
Este encuentro contó con la participación, además de Rafael Louzán, de la secretaria provincial del PP, Rocío de Sinde, y el secretario de Organización del partido, Luis Serantes. Se abordaron la situación de la agrupación local tras la dimisión de Juncal, cuestiones relacionadas con las próximas elecciones municipales y otras inquietudes de los afilados. En palabras de Louzán, “este tipo de reunións son idóneas para transmitir e percibir as inquedanzas dos simpatizantes do partido, á vez que se resolven as situacións que a propia dinámica partidaria esixe”.
el peor resultado
Además de ser presidente local del PP desde 2006 hasta este verano, Evaristo Juncal Carreira también fue cabeza de cartel en las elecciones de 2003, en las que el PP de Caldas obtuvo el peor resultado de su historia en unos comicios locales, logrando 1.540 votos. Tras su paso por la Corporación municipal, en 2009 Alberto Núñez Feijóo lo nombró jefe territorial de la Consellería de Medio Ambiente, cargo del que dimitió en julio de 2010 tras una polémica por sus negocios (trascendió que había vendido empresas a personas relacionadas con narcotraficantes) y su vivienda, que habría construido con licencia de galpón y por la que no habría pagado IBI durante más de dos décadas.