Esto de jugar en la Master Senior League tiene muchas ventajas y algún que otro inconveniente: se nota que te vas haciendo mayor y adivinas que pronto empezarán los problemas de chapa y pintura. Ahora bien, son muchas más las ventajas: haces un poco de ejercicio, estás con los amigos, te tomas una cerveza con ellos, tomas el pulso a tu generación, a las carencias del pabellón, y también a tu ciudad, y te das cuenta de la gran idea que tuvo Naismith cuando creó el baloncesto, por lo de jugar en equipo y eso… Pero, sobre todas, hay dos especialmente útiles: una, que los partidos se disputan con adversarios, no con enemigos; y dos, que a veces se gana y a veces, qué le vamos a hacer, se pierde.
A alguno vamos a tener que buscarle equipo. La penúltima –porque a estas horas ya se le habrá ocurrido una nueva- es que la culpa de que el PXOM estuviera durmiendo durante dos años es de los técnicos; de hecho, él fue a la Xunta, dice, hasta siete veces, para desbloquear una situación heredada, que esto de los culpables ya no es de ahora. No estaría de más que ya que tantas veces fue a la Xunta explique con quién fue y cuál fue el resultado de aquellas gestiones, porque no consta que hubiera dado cuenta de ello, de lo cual, seguro, alguien también fue culpable.
Claro que esto no es novedad: después de protagonizar una memorable imagen subido a un puesto de la plaza, cual inglés en la Speakers’ Corner de Hyde Park, volvió al lugar para protagonizar otro inolvidable momento: la culpa del retraso de las obras había sido de los técnicos, especialmente de uno, yo (que no tenía por qué informar esas obras, sea dicho de paso), y si los placeros le cantaron las cuarenta es que alguien los había enviado a montar el follón. Había nuevos culpables.
Ya lo cantaban Def Con Dos, “la culpa de todo es de Yoko Ono”. La culpa del retraso de las obras de Vistalegre fue de los vecinos, que no pidieron el permiso a Patrimonio; la culpa de que no se puedan poner los columpios en O Castriño fue de las ardillas, que además de no leerse el plan general, tampoco pidieron permiso a Patrimonio; la culpa del retraso del campo de fútbol de Bamio fue de los propios terrenos, que menguaron y hubo que comprar más porque no cabía; la culpa de que Alcampo no está instalado ya es, por supuesto, de los técnicos, y también de los comerciantes, que están siendo engañados por los técnicos, por los municipales y por los otros, que no tienen ni idea de lo que es un modelo de ciudad y mucho menos de las ofertas 2x1 y las ventajas de la segunda unidad al 70%. Porque, en definitiva, la culpa de haber perdido las elecciones fue, por supuesto, de los ciudadanos, que no entendieron nada, que primero le dijeron que tenía que tapar las goteras, pero después no le dejaron decorar la casa.
De ahí a considerar a todo aquel que no piense igual que uno como un enemigo y no, de ser el caso, un adversario, sólo hay un paso. Y de ahí viene esa actitud que cada vez más gente empieza a valorar, y no precisamente para bien. Crear una realidad paralela, inventarse cosas que dice un pacto y que no dice, y estar en constante confrontación con todos aquellos que no dicen amén: compañeros de corporación, técnicos, comerciantes, vecinos, placeros… no parece la mejor decisión para entender aquello que nos decían nuestros abuelos: de la derrota también se aprende. Porque no, no de todo tiene la culpa Yoko Ono.
*Alcalde de Vilagarcía de Arousa