Un accidente de coche ocurrido poco antes del toque de queda escondía, en realidad, un suceso mucho más truculento. Al menos eso es lo que barajan desde la Policía Nacional, que detuvo al conductor y al ocupante de un turismo siniestrado como presuntos autores del asalto y torturas de un vecino de Sobrán.
El hombre, residente en la zona de la iglesia vilaxoanesa, acudió ayer por la mañana a denunciar a la
Comisaría de Policía, tras una larga noche en las urgencias hospitalarias, con varias costillas rotas, la cara completamente hinchada por los golpes y un ojo amoratado.
Denuncia que sufrió torturas durante bastante tiempo por parte de varios hombres (no sabe precisar si dos o tres) que le pedían de forma incesante el “dinero que guardas”. Al parecer, se llevaron sobre mil euros, pero también una Play-Station que su propietario ansiaba recuperar así como diversa documentación.
Para robarle, le maniataron y le propinaron una brutal paliza. Después se marcharon con el botín, no sin antes llevarse su teléfono móvil para que no pudiera dar aviso. Sin embargo, la víctima consiguió desatarse y acudir a casa de un primo, que reside a escasos metros. “Cuando lo vi, tenía tanta sangre que creí que había tenido un accidente con la moto”, relata el familiar.
Una pistola eléctrica
La Policía Científica acudió a tomar huellas a la vivienda de Sobrán ayer por la mañana. Al acabar la inspección, la víctima se desplazó a la Comisaría de A Marina a presentar denuncia, pero los presuntos autores ya habían sido detenidos. Y es que fueran detenidos minutos después de dejar la vivienda, tras un aparatoso accidente en O Pousadoiro.
Los hechos se registraron sobre las 21:50 horas en la PO 305, a la altura de la rotonda que da acceso a la VG-47. El vehículo viajaba desde Caldas a Vilagarcía y pasó por encima de una de las rotondas, saltando una piedra bastante grande y sobrevolando una isleta para acabar en una pista secundaria, al lado de una empresa. Allí, el dispositivo desplazado, que incluía a Policía Local, Guardia Civil de Tráfico y Protección Civil, se encontró a uno de los ocupantes, ya que el otro se dio a la fuga.
Una inspección del vehículo permitió a los agentes incautarse de una cantidad de hachís superior a la permitida para consumo propio, pero también de una pistola eléctrica que hizo saltar todas las alarmas. El otro ocupante del vehículo fue detenido poco después, ya que acudió al Hospital donde los propios médicos dieron el aviso. La víctima también tuvo que ser atendida en el centro de Ande. Tenía varias costillas rotas, la cara completamente hinchada por los golpes y un ojo morado. Los detenidos tienen antecedentes por tráfico de estupefacientes y la Policía Nacional no descarta ninguna hipótesis, incluida la del ajuste de cuentas.