Los alumnos de Secundaria y Bachiller volvieron ayer a las aulas y algunos estrenaron algo más que material escolar. Es el caso de los últimos cursos del IES Castro Alobre, para los que se habilitaron dos nuevas aulas que evitan las clases por la tarde que tanto quebraderos de cabeza dio durante el curso pasado.
Seguirá siendo este 2020-21 un año para las filas de uno, el orden, la mascarilla y la distancia social. Las entradas y salidas de los centros disparatadas y corriendo tendrán que quedar para más adelante, ya que el protocolo, por el momento, está vigente.
Se quejan los directores de que, eso sí, no hay demasiado personal para ponerlo en marcha. Los refuerzos enviados el año pasado fueron suprimidos. Solo en el IES Fermín Bouza Brey son diez los profesores que se pierden, “y dos más por ajuste de plantilla”, explica su director, Jesús de Andrés Vázquez. Precisamente en este centro se realizaban ayer los ajustes para encajar al alumnado que, a última hora, se derivó para Fontecarmoa, buena parte procedente de la escuela concertada. Por lo demás, la jornada transcurrió ayer sin demasiadas incidencias, salvo la “tolemia” propia del inicio de curso, tal y como incidió la directora del IES Castro Alobre, Mariola Rodríguez.
También en el IES A Basella, de Vilanova, tuvieron que reorganizarse para habilitar dos aulas más para los 24 alumnos de Bachillerato de A Illa. Ahora, están a la espera de que Educación les envíe material, ya que les faltan los kit con ordenador, pantalla y proyector. Mientras tanto, utilizan los de otras aulas. En A Illa, por su parte, siguen valorando las movilizaciones por la supresión de un profesor de apoyo .