Las obras de ampliación del Harpazul, en Catoira, que supondrán la creación de un gran complejo hotelero, avanzan a un ritmo vertiginoso. De hecho, el plazo inicial al que se comprometieron, que era de dos años y medio, se verá reducido y ya en junio está previsto la apertura de una parte, la de la restauración, mientras que el resto estará listo entre finales de año y principios de 2026. La conselleira de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana, visitó las actuaciones, que suponen una inversión de 2,2 millones de euros y que recibieron una ayuda del Instituto Galego de Promoción Económica de 790.000 euros. “É un exemplo de xestión empresarial que fomenta a mobilización económica desta comarca”, apuntó la responsable autonómica, que estuvo acompañada por la directora xeral del Igape, Covadonga Toca.
El promotor del proyecto, Roi Casal, explicó que el objetivo que persigue la inversión, que incluye la creación de la “primera playa interior de Galicia”, es precisamente una de las reivindicaciones históricas del sector, la “desestacionalización”. Será, en realidad, una zona de aguas que, apunta Casal, “vai moito máis alá dunhas piscinas”, ya que estará todo climatizado, con aguas calientes, cerrado y distintas bahías de tratamiento, así como zonas de natación de 25 metros de largo, así como cascadas, entre otros atractivos. “Cremos que é o noso punto forte para conseguiro que os hostaleiros levamos loitando en Galicia, que é a desestacionalización", señaló el empresario.
Y es que Casal reflexionó sobre las dificultades para el sector en Galicia, al que la inversión en las obras le cuesta lo mismo que “a un en Lanzarote” pero la amortización del gasto tarda mucho más en llegar, ya que no hay 365 días de sol. “Nun día como este, a xente anula e as nóminas hai que pagalas igual”, incide el hostelero. Harpazul nació, precisamente, en plena pandemia y el hostelero reconoce que fueron unos inicios muy difíciles. Por ello, cuando llegó el momento de la ampliación decidieron hacerlo con mucha previsión, un plan de viabilidad y un proyecto que presentaron al Igape. “Para ser xusto, a participación da administración pública foi fundamental para que sexa viable. Para unha micropeme como a nosa, a banca privada en importantes tan altos é difícil que financie” en su totalidad, señaló Casal, que se comprometió a devolver socialmente el dinero público. Primero con el pago de tasas e impuestos, pero también con la creación de empleo. Y es que entre el restaurante, el hotel y el resto de servicios, como limpieza, se crearán entre 30 y 35 puestos, a mayores de los cinco que ya hay en la actualidad. Las obras permitirán la creación de 21 estancias a mayores, de diferentes categorías. En junio, además del restaurante con cocineros de primer nivel, abrirá la zona ajardinada, la cafetería y una de las piscinas climatizadas.
“Hoxe marcharon polacos e estadounidenses, que hai uns días nin imaxinaban que ían durmir en Catoira. É o mundo interconectado. En Galicia temos que desacomplexarnos. Temos dereito a invertir no noso país”, reflexionó Casal. La ocupación media en el Harpazul ronda el sesenta por ciento y para esta Semana Santa ya están al ochenta por ciento de su capacidad. Casal destacó la posición estratégica del establecimiento y de Catoira, en la ruta del Padre Sarmiento, en ese “milagre” del Camino de Santiago que “apenas require infraestruturas, pero si esixe aloxamentos”, que van desde los albergues a hoteles de cinco estrellas.
“Estamos a vinte minutos de Santiago e das principais praias das Rías Baixas, queremos ser referencia non so para os peregrinos se non para que a xenta veña a visitarnos a Galicia”, apuntó el responsable de Harpazul.
La conselleira de Industria, por su parte, destacó que la primera convocatoria del programa de ayudas de la Xunta para la atracción de inversiones va a permitir la implantación en Galicia de una treinta de proyectos, que movilizan cerca de 95 millones de euros. Esta línea de apoyos, que tiene abierta hasta el 30 de septiembre su segunda convocatoria, con un presupuesto de 12 millones de euros, busca movilizar el asentamiento de iniciativas en Galicia, tanto a nivel industrial como, en el hostelero o el logístico. Por un lado, apoyan proyectos que cuenten con inversión de entre 800.000 euros y 10 millones y, por el otro, que generen más de 25 empleos.