Los últimos en acercarse son los del BNG y ya el sobrino de Fraga dio su opinión al respecto. Es algo que entra en el DNI del PP estar a la que salta para que nadie se acuerde buscan y que tiene sus referencias en nuestra historia reciente: el primero fue la UCD (Unión del Centro Democrático) para blanquear el pasado de los actores principales. Enseguida el Partido Socialista Obrero Español abandonó el marxismo y pasó de aquello de la OTAN no al si rotundo para hacerse perdonar que la prensa yanqui les llamase por aquel entonces “jóvenes revolucionarios”.
Con el nombre bien clarito se presentaron los de Ciudadanos y, perdón por el chiste malo, caben todos en dos autobuses.
Y como no ese camino lo lleva recorriendo el Partido Popular pero nunca llega. Y es que cuando se para para coger fuerzas busca el apoyo de VOX. Hubo un 15-M donde los llamados perroflautas y yayoflautas que si eran de izquierdas y por eso fueron recibidos por buena parte de la clase “alta” y sus heraldos como si fueran “o demo” y tampoco contaron con muchos de sus conciudadanos –recordar el resultado de las elecciones– aun cuando en su programa, basado en la Constitución, se hablaba de vivienda, sanidad, ayudas sociales para los más necesitados y otras cosas que hoy –cerca del poder pues son los socios más estables del gobierno– unos se apuntan y otros no agradecen.
Pero sigamos con nuestro argumento principal: el Partido Popular, que ya tocó poder en varias ocasiones y solo se recuerdan de aquellas fechas la venta de las joyas de la corona por parte del señor Aznar o, más cerca, la política de recortes de nuestro paisano el señor Mariano Rajoy.
Ya desde el minuto uno los populares usaron a los tribunales para echar abajo la ley del aborto (por cierto ¡hace ocho años que se espera la doctrina del Constitucional) ahora la eutanasia y todo lo que significa dar nuevas libertades a la ciudadanía.
Y como una cosa nos trae otra ahí tenemos al PP con sus constantes visitas a los juzgados para explicar sus cuentas y ya nadie cree sus cuentos. Ahora están en otra pelea allá por Madrid pero no buscan el centro sino el cetro del poder. Y ¿Hacia dónde viaje nuestro querido Tribunal Constitucional? ¿Qué hemos hecho los ciudadanos para comernos este marrón? No hay respeto. No hay vergüenza. Y nos piden que acatemos!!!