El 2023 está siendo un buen año para las lonjas arousanas teniendo en cuenta los datos oficiales que se manejan. De hecho el primer trimestre del año arroja cifras interesantes que superan –con bastante amplitud– las obtenidas en las dos anualidades anteriores. Las rulas arousanas cerraron marzo con casi 20 millones de euros en facturación (en total fueron 19.402.721 euros) después de que por las diferentes instalaciones marítimas pasasen más de seis millones de kilos de marisco y pescado. Los datos destacan sobre las dos anualidades anteriores. En 2022 el primer trimestre se cerró con una facturación de 16,4 millones y en 2021 el mismo período acabó con 15,9 millones de euros.
En todo caso –y tras la pandemia– el histórico de las rulas tanto del norte de la Ría de Arousa como del sur es positivo. Ribeira sigue liderando y alcanza solo en tres meses 9,6 millones de euros (dos más que en 2021) con casi cinco millones de kilos registrados por sus instalaciones. Es –con diferencia– una de las lonjas de Galicia que más marisco y pescado mueve. Cambados es la segunda lonja arousana con mayor empuje y con mejores cifras en este arranque de 2023. De hecho logró facturar 2.247.806 millones de euros según los datos de Pescadegalicia, registrando en las dependencias de Tragove 393.168 kilos de producto procedente del mar. Bastante menos pescado y marisco tuvo que mover O Grove (190.719 kilos) en este inicio de año para obtener una facturación muy similar a la de la capital del albariño. De hecho terminó marzo con 2.008.610 millones de euros. Las dos localidades marineras mejoran sustancialmente en datos respecto a 2022 y 2021.
Los datos de la lonja de Carril también son positivos, dado que el primer trimestre supera ampliamente el millón de euros de facturación (1.281.402 euros) con 119.032 kilos de producto. La cantidad duplica a la obtenida y registrada tanto en 2022 como en 2021. Aguiño ha mejorado notablemente y termina este primer trimestre con una facturación de 967.241 euros y Cabo de Cruz obtiene unos datos muy buenos con 831.014 euros, 200.000 más que en las dos anualidades anteriores.
El caso más significativo es el de A Illa, en donde pese a que la facturación (546.137 euros) se mantiene más o menos como en los dos últimos años, sí se ha notado de forma destacada menos producto en la rula. De hecho se registraron 100.000 kilos menos que en el mismo período de 2022 (un total de 49.289 kilos).
En este caso la subida de precios del marisco compensó la bajada de producción bastante drástica.
En el caso de A Pobra también hubo una ligera bajada de número de kilos, pero compensó con una facturación que superó los 200.000 euros. En Rianxo hubo una ligera caída, pero se facturó más, mientras que en Vilanova y en Vilaxoán las cifras mejoraron respecto a 2022.