De la bufanda al paraguas sin descanso

De la bufanda al paraguas sin descanso
Una persona camina con un paraguas / AEC

Ya hemos probado lo que es el frío invernal. O algo parecido, porque el termómetro no ha llegado a estar en negativo aunque nos pareciese que se nos iban a caer los dedos por congelación. Y ahora que ya hemos vivido la experiencia, toca volver a lo conocido. Cambiamos gorros de lana por paraguas. Igual en una semana echamos de menos el gélido cielo azul.

De la bufanda al paraguas sin descanso

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