Los vendedores del mercadillo de Vilagarcía están preocupados porque cada vez hay menos puestos. Las razones son variadas en función de quien analice la situación, pero los comerciantes coinciden en que una de ellas, quizá la principal, es que están divididos en dos zonas y, sobre todo, que tienen que convivir con el paso de vehículos, lo cual no contribuye a generar seguridad entre la clientela.