¿Llevamos un par de días de enero y ya empiezan a pensar que sus propósitos para 2025 se van a quedar en triste intento? Pues no se preocupen, porque así está la mayoría de los españoles. Se ve que no somos muy realistas con nuestras promesas de mejora. A cambio, lo de la frustración lo llevamos fenomenal, incumplir los proyectos no nos quita el sueño ni un poco. Eso también es un don.