El deporte puede sacar lo mejor de nosotros, porque hay muchos buenos valores que le son intrínsecos. Pero a veces también muestra lo peor. Y esto también hay que verlo. Una riña en un partido de la base acabó en una agresión que ahora deriva en muerte. Una vida. Por una discusión que nunca debió ser. Por un comportamiento que no tiene cabida, ni en las gradas, ni en ninguna parte.