El Arosa no pudo llevarse el Trofeo San Roque en casa luego de perder por 0-1 ante el Celta Fortuna por un gol de Fer López. Un duelo en el que los de Míchel no dejaron buenas sensaciones.

El encuentro tuvo un emotivo inicio, ya que la Banda de Música de Vilagarcía interpretó el himno gallego ante la afición que se acercó a disfrutar del Trofeo San Roque. Asimismo, el presidente Manolo Abalo otorgó un ramo de flores a la presidenta del Celta, Marian Mouriño. Con el balón ya en juego, el Celta Fortuna comenzó presionando a los de Míchel, teniendo las ocasiones más claras en los primeros minutos. El Celta movía el balón a su antojo mientras en las filas arlequinadas reinaba el desorden. Poco tardaría en llegar el correctivo, ya que en el minuto 13, los vigueses estrenarían el marcador, gracias a un centro desde la banda. 

Los visitantes, lejos de conformarse, siguieron atacando y batiendo a la defensa arlequinada. Mientras tanto, en cada recuperación de balón, Javi Pereira buscaba la cabeza rematadora de Rivera, pero la solidez defensiva del Celta Fortuna impedía las tablas. Ya en el ecuador de la primera mitad, y con el marcador en su contra, el Arosa atacaba a la desesperada en las pocas ocasiones en las que el Fortuna perdía el dominio del balón.  Los visitantes dominaban el ritmo del juego, y una casi milagrosa intervención de David  Conde salvó el 0-2 antes del descanso. Por los visitantes, Gael Alonso se adueñaba de la banda izquierda. Los primeros 45 minutos finalizaron con el 0-1 y el Arosa dejando malas sensaciones. 

Segundo tiempo 

Míchel Alonso apostó por los mismos titulares que en los primeros 45 minutos para el resto del encuentro. De nuevo, Fer López, autor del primer gol, volvió a ser la pesadilla del Arosa. En el minuto 70, Míchel optó por toda una revolución, haciendo nada menos que 10 cambios.  A partir de ahí, los locales comenzaron a tener algo más de dominio del balón, pero las ocasiones más claras seguían siendo para el Celta Fortuna, con David Conde más atento. Lo cierto, es que a pesar de que el Arosa mejorase su juego, los visitantes tenían mucho peligro a las contras.  El cronómetro se volvía enemigo de los arlequinados, que no encontraban la forma de romper los esquemas de los vigueses, a pesar de la frescura aportada por los 10 cambios. La ocasión más clara la tuvo Romay, en el 88, ante el portero vigués, que finalmente se hizo con el balón. 

A falta de dos minutos para el fin del encuentro, y con Míchel sin entender qué pasaba, los arlequinados veían como el Celta Fortuna seguía dominando el juego, cortando un posible milagro. Con el pitido final, el Arosa firmó un partido con muchas cosas a mejorar.