La presidenta del Umia CF, Rebeca Gómez, sale en defensa de las jugadoras que militan en el equipo de Primera Galicia tras el despido de Luis Treviño como entrenador. "El grupo lo formó el técnico, se le dio carta blanca, pero no hubo sintonía. No hay culpables, ellas son unas chicas muy jóvenes y culpabilizarles de la situación del equipo me parece injusto", comenta la presidenta.
"Ellas tienen mucho margen de mejora. Hay un equipo muy válido que perdió la ilusión durante este proceso. Hacía falta un cambio, con alguien que les metiese ilusión de nuevo", recalca.
"Confiabamos en que todo se podía revertir pero no fue así. Pensamos que ahora era el momento del cambio", destaca Gómez. Un vestuario sin feeling que impedía que los resultados llegasen. El tiempo corre en contra para salvar la categoría, pero desde el club ya tomaron la decisión de apostar por Álvaro, entrenador de la base, como técnico del combinado femenino.
"No queríamos iniciar un proceso de búsqueda que pudiese provocar un parón en ellas. Son un vestuario que necesitan creer, no son profesionales y no podemos pedirles que se comporten como si lo fueran, faltó quizás llegar un poco a ellas, estaban desilusionadas".