Activistas de Greenpeace Galicia acudieron desde las diez de la mañana de ayer a Ribeira, donde permanecieron hasta las dos y media de la tarde, para tratar de concienciar sobre el grave problema de la contaminación marina a caiusa de la gran cantidad de bolsas de plástico que van a parar al medio marino, principalmente por la actividad que se desarrolla en el mercadillo semanal de la capital barbanzana, en las inmediaciones de la dársena. Lo hicieron con un puesto informativo instalado en el comienzo de la Avenida Rosalía de Castro, en las inmediaciones del Malecón, en el que se detuvieron a los transeúntes, a lo que les dieron la oportunidad de jugar a la ruleta de premios tras responder las cuestiones de un test, en el que hubo una alta participación de la población y la gente se mostró muy preocupada y sensibilizada con respecto a la basura que se genera en kla referida actividad económica y comercial.
Así lo dio a conocer Mariló Ramos, coordinadora del proyecto territorial "Por un mercado libre de plásticos", y con el que se presentaron en la capital barbanzana para ayudar a tratar de mentalizar a la gente en la necesida de reducir los residiuos de plástico y conseguirlo, prinipalmente en los mercados, plazas de abasto y mercadillos. "Cando se recollen todos os postos ambulantes hai moita cantidade de plásticos que quedan no chan e en Ribeira co pegado que está o mercadillo ´s dársena, eses plásticos tardan moi pouco en acabar no mar", precisó.
Los miembros de Greenpèace ya iban sobre aviso de la situación provocada por el mercadillo, pues fueron numerosas las ocasiones en las que surgieron múltiples quejas por ello e incluso llegaron a provocar la implantación por parte del Ayuntamiento de algunas medidas que, por lo que se ha podido comprobar, no han dado los resulotados apetecidos, de ahí que su acción se centró en su desarrollo. Para concienciar a los vendedores ambulantes y tratar de evitar las consecuencias, sus activistas instalaron 30 cajas de cartón para que los vendedores depositen allí las bolsas que se tiran habitualmente al suelo. Refirió el resultado consechado en otras localidades, como es el caso de Vilagarcía -su mercadillo es más grande que el de Ribeira-, donde se recogieron 550, "Houbo unha diferencia abismal entre un día normal de mercadillo e o que estuvemos nos alí e no que os vendedores colaboraron con nós e sen inconvintes", precisó Santos.
A la espera de hacer una valoración más en detalle de lo que sucedió en ayer en Ribeira, el hecho de que contabilizase el depósito de 208 bolsas de plástico en esos recipientes de cartón y que resultase una cifra incontable de las esparcidas por el suelo o que ya alcanzasen el mar. Los activistas de Geenpeace llevaron a cabo una inspección de la dársena y sus inmediaciones y se encontraron una cantidad superior de bolsas que fueron a parar al agua o se amontonaron en algún punto de tierra firme, pero con el riesgo de ir a parar al mar o, debido al fuerte viento, estuvieron volando de un lado para otra durante todo el día por la ciudad.
Ello les hace pensar a los integrantes de Greenpeace Galicia que "queda moito traballo por facer" y trabajar con insistencia, especialmente de concienciación con los vendedores ambulantes. También pretenden presentar al Ayuntamiento de Ribeira as conclusiones que saque sobre lo visto en el desarrollo de los sucesivos mercadillos, y reunirse en las próximas semanas con responsables del Gobierno local para buscar su implicación con la que, junto a otras entidades, se pueda tratar de minimizar el problema y mejorar la situación.