Una inspección rutinaria conjunta llevada a cabo en la mañana de ayer por parte de las Patrullas Fiscales y de Fronteras de la Guardia Civil de Ribeira y Noia y agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera en el castillo de proa de un mercante de bandera extranjera que atracó a primera hora del día en el muelle comercial de A Pobra para efectuar la descarga de atún que transportaba, permitió la incautación de trece bultos sospechosos, que tras ser registrados se comprobó que contenían 452 cartones de tabaco de contrabando, -90.400 cigarrillos- de diversas marcas, cuyo valor de mercado es de 20.155 euros. Aunque se trató de una intervención que no llamó la atención de la mayoría de los vecinos de la localidad, si dejó a bastantes afectados, como fueron los trabajadores que habían empezado a realizar la estiba de la carga y que tuvieron que suspender su actividad y fueron enviados a sus domicilios.

Después de mantener un total mutismo durante la jornada, a última hora de la tarde han trascendido algunos detalles del desarrollo de la misma, como el hecho de que se ha procedido a la detención del capitán del atunero por un delito de contrabando. Durante la tarde de ayer, y en presencia y con el asesoramiento de un abogado, el citado responsable de la embarcación prestó declaración en la sede ribeirense de la Patrulla Fiscal -ubicada en el edificio administrativo de Portos de Galicia-, y de la que no se ha dado a conocer detalle alguno.

La Patrulla Fiscal y de Fronteras seguía ayer practicando diligencias en relación a este importante alijo de tabaco de contrabando, incluso con nuevas inspecciones en el buque, pero se desconoce que es lo que están buscando sus agentes, así como los inspectores del Servicio de Vigilancia Åduanera. De todas las actuaciones que se están desarrollando en relación con el buque mercante inspeccionado y en el que se incautaron unas 4.500 cajetillas de tabaco ilegal, el instituto armado dio cuenta a la titular de Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 2 de Ribeira, que decidirá si el detenido sigue como investigado y si lo manda a prisión o queda en libertad mientras sigue la instrucción y a la espera del juicio.