La preocupación, la inseguridad y los problemas que les genera en la actual situación la vigente Ley de Vivienda a los dueños de casas o pisos está provocando que de un tiempo a esta parte se esté incrementando el número de viviendas de uso turístico en el registro de la Xunta de Galicia. Así lo señala la presidenta de la Asociación de Vivendas de Uso Turístico de Galicia (Aviturga), Dulcinea Aguín, quien apunta que la referida legislación “sólo piensa en el inquilino y no en el propietario, por lo que quienes estaban alquilando sus viviendas de larga duración ahora no se complican la vida y la cierran o la ponen como de uso turístico, que le abre una posibilidad de mercado, pero sobre todo le proporciona seguridad”. Añadió que la Ley de Vivienda carece de régimen sancionador, con lo que los dueños están indefensos, y es por ello que ahora registran sus propiedades, pero no con el objetivo principal de dedicarlas a uso turístico, sino para estar más protegidos”.
En este sentido, Dulcinea Aguín señala que hay un 30 % de viviendas registradas como de uso turístico que no son tales, sino que están cerradas o se utilizan para alquileres de larga duración. Además, señaló que debido a que continuamente hay anuncios de la adopción de medidas hacia las viviendas cerradas o vacías, “los dueños no se quieren complicar la vida y las registran como tales, y aunque hay gente que las alquila, en su gran mayoría siguen sin usarse”.
La presidenta de Aviturga concreta los problemas con los que se encuentran los propietarios que alquilan por el método tradicional una vivienda haciendo referencia a un ejemplo de que si en una casa entra una pareja en la que trabajan los dos y uno de sus miembros se queda sin empleo, es cuando empiezan las complicaciones, pues dejan de pagar y pasan a ser vulnerables, y no les queda otro remedio que acudir al juzgado para conseguir que le paguen, “y el dueño, además de no cobrar y no poder echarlos por impago, tiene que estar pagando los recibos de la luz, el agua, Internet y otros servicio. Además, dijo que tiene conocimiento del caso de una chica que recibe la ayuda del alquiler y que lleva 30 meses sin pagarlo, es decir, la dueña no está cobrando, y “como están suspendidos los desahucios, no de puede hacer nada”.
En los 19 municipios arousanos figuraban en junio de este año en el registro de empresas y actividades turísticas un total de 5.902 viviendas de uso turístico, entre los que sobresale de manera significativa Sanxenxo por encima del resto, pues tiene 2.874, lo que supone casi la mitad del total, concretamente el 48,70%, seguida a bastante distancia por O Grove con 698 (11,83%), Vilagarcía con 466 (7,9%) y Ribeira con 384 (6,5%). Los registros del resto de las localidades de ambas márgenes de la Ría de Arousa son 302 de Boiro, 258 de Cambados, 220 de A Illa, 208 de Vilanova, 156 de A Pobra, 78 de Rianxo, 69 de Meaño, 68 de Meis, 30 de Ribadumia, 22 de Cuntis, 16 de Moraña, 15 de Catoira, 15 de Portas, 14 de Pontecesures y 9 de Valga. Dulcinea Aguín indicó que cada año hay un aumento en el registro del número de viviendas de uso turístico, pero ello no se debe a que aparezcan nuevas, sino que ya estaban funcionando pero ahora regularizan su situación conforme al decreto de 2017 de Turismo de Galicia por el que se establece la ordenación de viviendas de uso turístico en la comunidad, que regula esa actividad y habilita a los ayuntamientos en base a sus competencias urbanísticas, a limitarlas y regularlas en su término municipal en base a su PXOM o normas urbanísticas, y pueden regularlo las comunidades de vecinos en sus estatutos.
Respecto a esto último se refirió Cristian Beiro, que lleva trabajando en el ámbito de las viviendas de uso turístico desde 2017, cuando todavía la gente no estaba muy metida en este tipo de negocio, pese a que toda la vida hubo alquileres de casas de verano. Así, indica que si todos los dueños de un edificio se ponen de acuerdo pueden establecer que no haya viviendas de uso turístico en el inmueble, y eso puede ser un duro revés para el que compró con la intención de darle ese uso. Beiro, que pese a no exisitir cifras oficiales, calcula que entre un 40% y un 50% de las viviendas de uso turístico aún no están registradas, recuerda que los primeros años fueron muy buenos hasta que irrumpió la pandemia.
Hace menos de un año que constituyó junto a su mujer en Ribeira la empresa Cristian & Tamara Alquileres, con la que actualmente gestiona 14 propiedades, y considera que la capital barbanzana y el resto de la comarca son un sitio económicamente fuerte, pero advierte que hay mucha vivienda vacía “porque no interesa rentabilizarla y hay mucho miedo a alquilar al no tener seguridad alguna, además de que se los estropeen, no paguen o entren okupas. En este sentido, dijo que ofrece un servicio para ir al piso o la casa con frecuencia para comprobar que está todo bien, realizar un mantenimiento o reparación de una filtración de agua o evitar que entren ilegales. Beiro afirma que está bien que se le de seguridad a quien alquila, pero no a costa de quitársela al dueño “pues, con las leyes que tenemos hoy en día es complicado echar a alguien que no paga”.
Respecto a los precios, Beiro indica que están por las nubes en lugares como Sanxenxo o Gondomar, en donde se paga de 2.000 a 3.000 euros a la semana, mientras que en Ribeira ronda los 800 euros semanales en agosto, pero advierte que es el mercado el que pone los precios y subraya que Ribeira está creciendo y viene gente de otros sitios por sus precios más competitivos y razonables, y tiene la sensación de que va a crecer, “pues O Barbanza es un sitio bonito”. Pese a ello, también detecta que este año está habiendo mucha oferta, pues se metió mucha gente, y poca demanda. Añadió que febrero, marzo y abril funcionaron bien, con un 70 % de ocupación, “pues la gente, aunque quiere irse de vacaciones, prefiere no gastarse más dinero en verano”.