La parte final de la Avenida de Galicia lleva casi tres meses sumida en unas obras que se están convirtiendo en una tortura para los residentes y también para el tráfico por la coincidencia de dos proyectos que mantienen ambos márgenes de acera levantados: las de saneamiento de la Xunta por un lado y del Concello por el otro. El pasado miércoles con la celebración del mercadillo, la situación empeoró nuevamente y el Concello ha tenido que tomar cartas en el asunto, acordando con la administración autonómica que los semáforos reguladores se apaguen en horas punta para dar algo de fluidez.
El propio concejal de Obras, José Ramón Abal Varela, acudió hasta el lugar y llamó a los vigilantes de la Consellería para tratar de buscar una solución a un problema del que es consciente, dice, y por lo que pide “desculpas aos veciños” tras tantos meses de obras, que prevé llegarán a su fin en breve.
Y es que la parte municipal, la de la derecha en dirección centro urbano-Castrelo, podría estar terminada la próxima semana porque ya están poniendo la nueva acera después de haber retirado la vieja para sustituir las actuales tuberías de servicios básicos que estaban obsoletas y registraban frecuentes roturas.
Su coste asciende a unos 200.000 euros, está financiada con el Plan +Provincia 2023 de la Diputación y fue heredada por Abal Varela, quien lamenta no haber podido elegir otro momento para no coincidir por “cuestión de ter que cumprir os prazos”, añadió.
En cuanto a la de Augas de Galicia, valorada en más de un millón de euros, el concejal calcula que, según lo trasladado por la adjudicataria, también están próximas a su finalización, por lo menos en la parte de instalación de la nueva red separativa de aguas pluviales y fecales. Asimismo declaró que no sólo acordaron que los semáforos colocados para regular el tráfico se apaguen en hora punta, “tamén lles esiximos que poñan uns proxectores provisionais entre o cruce dos Olmos e O Breixo posto que tiveron que desmontar os báculos das farolas”.
La Avenida de Galicia es uno de los accesos principales de Cambados y además, el tramo donde han coincidido estas obras es una zona de intersección de calles interiores del barrio de San Tomé y de la otra parte del centro, además de ser paso obligado para muchos para ir al colegio San Tomé y al IES Asorey, así que es una zona de gran afluencia sobre todo al mediodía y a primera hora de la mañana.
Cabe recordar también que ambos proyectos pretenden mejorar el saneamiento del centro urbano de la localidad y el correspondiente a la Xunta busca reducir de manera considerable los vertidos que se producen al mar por no haber cantidad de red separativa.