El Refugio de Animales vuelve a lanzar su campaña navideña contra la utilización de animales para cumplir con Papá Noel y los Reyes Magos. “Siempre decimos lo mismo, no son un regalo, son una responsabilidad para toda la vida”, explica su presidenta, Olga Costa. De momento, está siendo preventiva pues no han recibido ninguna petición sospechosa, pero aún queda el 6 de enero y siempre aparece algún intento que queda neutralizado con el estricto protocolo de la protectora cambadesa, que previamente estudia cada caso en cuanto a compatibilidad, lugar donde vivirá, etc.
De algo tiene que valer el trabajo realizado durante más de dos décadas por esta asociación y que queda patente en peticiones de adopción con verdadera intención de dar un hogar a un animal abandonado. Costa señala como ejemplo varias recibidas en los últimos tiempos de gente que “solicitaron animales que más lo necesitasen, que quieren ayudarnos, personas que tienen verdadera sensibilidad y estas cosas hacen que nunca pierdas la esperanza”, explica. Y habla de casos “difíciles”, de perros paralíticos de las patas traseras, con miedos, ciegos, etc.
También da sus frutos todo el trabajo realizado entre las nuevas generaciones y tienen un grupo de estudiantes de Vilanova que en sus traslados a la universidad coruñesa llevan o traen animales que están de acogida en la ciudad y necesitan volver a Cambados para revisiones.
Actualmente, el Refugio cuenta con unos 45 perros en sus instalaciones de Corvillón, lo que supone estar en un 90 %, aproximadamente, de su capacidad, pues aunque tienen caniles para medio centenar, los pequeños y medianos comparten techo. Y si alguien quiere conocerlos, puede ir de voluntario a su “Sácame de paseo” del día 24, a las 12 horas en la Praza do Concello, y con el que buscan darle un respiro más allá de las cuatro paredes de las instalaciones.
En el caso de los gatos, como no tienen instalaciones tienen que tirar nuevamente de personas solidarias que ofrecen sus hogares como casas de acogida mientras crecen –muchos son crías– y esperan una casa definitiva.
El tema de los felinos se ha convertido en un verdadero problema para la protectora en los últimos tiempos, pues ha habido momentos del año que era incapaz de dar cabida a la gran cantidad de animales que vivían en la calle, exponiéndose al peligro de una horrible muerte por atropellos, enfermedades... De hecho, hace tiempo que trabajan en la esterilización de las colonias e insisten en ello a los particulares. Ahora mismo cuentan con una treintena aproximadamente, “repartidos por toda la geografía gallega y eso supone el doble de trabajo por los desplazamientos, pero bueno, por lo menos los quitamos de las calles”, añade Costa.
Así las cosas, el Refugio siempre está abierto a recibir ayuda; más manos que les ayuden en tareas básicas o aunque sea de manera puntual o aportando alimentos y productos de primera necesidad.