Las peatonalizaciones de la Praza de Asorey y la Rúa Infantas volvieron a copar ayer el debate político en el último Pleno, que contó con la presencia de varios comerciantes afectados por las humanizaciones en ambos puntos y que interrumpieron en varias ocasiones la sesión, incluso para aplaudir de forma irónica al concejal de Tráfico, José Ramón Abal, al asegurar que “atendo a todo o mundo”.
En la moción presentada por el Partido Popular, los conservadores solicitaron al cuatripartito que devuelvan la Rúa Infantas al punto de partida hasta que exista un consenso con los residentes y, especialmente, los comerciantes, para los que estos “experimentos” acarrean “consecuencias gravísimas” a nivel económico, denunció la portavoz popular, Sabela Fole, que lamentó que ”non hai ningún plan no casco urbano” y que la situación corresponde a “ocurrencias da Área de Obras” que dirige Abal.
El edil de Pode negó la situación y aseguró “non entender” la moción presentada por los populares, ya que “na Rúa Infantas xa estaba prohibida a circulación desde fai anos”, con paso exclusivo para residentes y servicios. Precisamente, el cambio que se contempla es eliminar las zonas de carga y descarga, que pasarán a una de las calles aledañas. “Que é o que se pide? Que os veciños se arrisquen a sancións por incumplir unhas restriccións de tráfico que xa había?”, le espetó Abal a Fole, a la que reprochó que está moción “a fixeron en algún gabinete de Santiago ou de Pontevedra”.
En cualquier caso, el edil defendió que existe “un amplo consenso” y que se seguirán manteniendo contactos con los comercios y residentes de la zona para planificar la medida.
En el mismo sentido se pronunció el alcalde, Samuel Lago, que señaló que, a su juicio, “a moción pide algo que xa se está facendo”, que es consensuar la medida con los afectados, así como que existen estudios previos y defendió que la “posta a disposición das rúas para os cidadáns é beneficioso incluso para os comercios” y que dichas peatonalizaciones no son las causas únicas de los problemas económicos que puede llegar a sufrir el pequeño comercio.
Finalmente, el cuatripartito mostró unidad y tumbó la propuesta, así como, tras preguntar Fole por el cumplimiento del acuerdo plenario sobre la Praza de Asorey, Lago sentenció que “as mocións non son vinculantes”. La cuestión tensó el debate al haber en el salón de plenos varios comerciantes de la Praza de Asorey, que se alzaron en su momento contra el cierre del tráfico y que interrumpieron en varias ocasiones el transcurso de la sesión. No solo a Abal, sino también al alcalde, quien recriminó a uno de los asistentes que “vén a dar o espectáculo” y defendió “que ninguén dos que está aquí pode dicir que eu non o recibín”.
La segunda de las mociones presentada por el Partido Popular —que igualmente censuró en el Pleno la “calamitosa” situación financiera del Concello al incumplir la regla del gasto y contar con un déficit superior a los 600.000 euros— pasaron por la demanda de una mayor dotación de personal para el servicio de servicios sociales, “totalmente desmantelado” y que, denunció Fole, registró cierres al público por falta de los trabajadores, lo que obligó a vecinos a tener que acudir a concellos de la zona para realizar sus consultas. Algo “gravísimo” al tratarse de un servicio “que ten que atender ás persoas máis necesitadas e vulnerables”. Así subrayó que el concello debe contar con una plaza de coordinadora y dos de trabajadoras sociales, que no se está dando en la actualidad, faltando una por cubrirse y siendo otra de ellas a media jornada.
Pese a ello, Lago negó dicha situación y defendió que Cambados cuenta con más personal en servicios sociales que otros concellos de tamaño similar. No obstante, anunció que, “aínda que a ratio é a adecuada”, se creará una nueva plaza de trabajadora social tras acordarlo con los sindicatos para la prestación del servicio.