El homenaje que Cambados rinde este año al escultor Francisco Asorey viajó ayer al pasado para conocer su primera exposición póstuma y que no organizó un gran museo ni una gran ciudad, sino su pueblo natal. Fue durante el gobierno del alcalde Xoán Antonio Pillado, que ayer compareció junto a la concejala de Cultura en aquel entonces, Adela Leiro, para contar cómo una iniciativa de semejante magnitud salió adelante gracias al empeño de la Corporación y la colaboración fundamental de otras personas y administraciones y como un homenaje en el 25 aniversario de su fallecimiento.
Corría el año 1986 y a los cambadeses “sonáballes Asorey, pero era máis coñecido en determinados círculos e, en todo caso, os veciños non coñecían as súas obras, pois a única que hai na vila é o monumento a Cabanillas e ademais marchou con nove anos e só volveu de visita algunha vez. Pero tamén era un momento en que queriamos facer un traballo importante no ámbito cultural, poñendo en valor a nosa cultura porque non había nada”, rememora Leiro. Así que se pusieron manos a la obra y el exregidor destaca que consiguieron traer algunas de las más significativas sin ser monumentos como “O Tesouro”, el “San Francisco” con el que ganó la primera medalla de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de Madrid, “Filliña”, “Ofrenda a San Ramón” o un gran cristo propiedad de una iglesia barcelonesa y que costó, “pois o párroco temía por ela”, explica la exconcejala.
“Que atrevidos eramos!”, añade entre risas, reconociendo que decidieron seguir adelante después de “plantarnos con todo o morro na Xunta” y obtener no solo una “moi boa acollida”, si no el compromiso de financiar los seguros para proteger las obras, el transporte, la edición del catálogo, firmado por Ramón Otero Túñez, etc. En total, costó cuatro millones de pesetas y el Concello hizo su aportación, pero sobre todo hizo un ingente trabajo de organización y recopilación e incluso de limpieza y preparación de las salas porque la muestra se dividió en dos partes.
Un escenario fue la iglesia de San Benito, con la instalación de las obras, entre las que también había bustos, piezas cerámicas, etc. La cambadesa cree que “hoxe en día sería impensable porque a vaciamos enteira e colocamos unhas enormes cortinas, pero o párroco era un gran admirador de Asorey”. La otra se ofrecía en los bajos del Pazo de Fefiñáns y “Joaquín Gil Armada estivo encantado de axudar porque era amigo persoal de Asorey e pensaba que estaba moi esquecido”.
Allí se instalaron paneles con material recopilado por Leiro como recortes de prensa, fotografías de él trabajando, premios... Y todo ello mediante fotografías tomadas con su cámara porque de aquella otros medios no había. Una buena parte la consiguió gracias a que su viuda y sus dos hijos le abrieron las puertas de su casa, en Santiago de Compostela, y le dejaron bucear en sus cosas.
Pero este intenso trabajo también contó con otros aliados como el técnico de Cultura municipal Antonio Cuíñas, que tenía un contacto con la familia Luca de Tena y así pudieron traer de Madrid “O Tesouro”; la directora xeral Raquel Casal; el Museo de Pontevedra y unos jóvenes prometedores artistas hoy consagrados: Francisco Leiro, Lino Silva –ya fallecido– y Manolo Paz. “O que había era moita ilusión que ás veces vale máis que os cartos”, añade Adela Leiro.
Lideró un equipo que, por llegar, llegó hasta Buenos Aires, donde contactaron con un primo de su marido que les hizo el favor de fotografiar el Altar del Panteón del Centro Gallego y enviar las imágenes por correo postal, a pesar de que nunca antes habían entablado contacto.
Los responsables municipales destacaron el éxito de la iniciativa con gran cantidad de visitas desde su inauguración, un diciembre como este, pero de 1986, y hasta su finalización, en enero del 87. “Ata viñera o presidente da Xunta, Gerardo Fernández Albor, pero a nivel persoal”. Y al final, “a xente pelexábase por levar un cartel para conservalo”. En definitiva, fue todo un acontecimiento y, en opinión de la exconcejala, puede ser porque su arte “é moi cercana e sen dificultades de interpretación” y por eso cala tanto en quien aprecia la calidad de este renovador de la escultura.
Y para profundizar más, las jornadas que enmarcaron este acto y que organiza la Concellería de Cultura, “Arredor de Asorey”, cuentan hoy con una de las personas que más sabe sobre su trayectoria y obra, la historiadora Maribel Iglesias, y mañana con Felipe Senén (ambos a las 19:30 horas en la Casa da Calzada). Además, los asistentes a la sesión de ayer pudieron disfrutar de un paseo virtual de la huella que dejó en Compostela con Mercedes Espiño.