La vilanovesa Dolores Sabor denunció ayer que vive un auténtico calvario desde hace año y medio porque vandalizan la tumba de su hija fallecida en 1996, a los 16 años de edad. La gota que colmó el vaso llegó el pasado domingo cuando se encontró excrementos delante de la sepultura del cementerio parroquial de Vilanova, así que decidió interponer una denuncia en el puesto de la Guardia Civil ante sus sospechas de que se trata de un ataque personal de algún vecino que le tiene animadversión. 

Visiblemente conmocionada explicó que antes de llegar a este punto habló con el Concello, pero desde la administración local no pueden darle solución en una cuestión que excede sus competencias. También con el párroco que, según esta vecina, le indicó que intentaría atajar esta situación. 

Sin embargo, los ataques a la tumba que empezaron hace año y medio no han cesado. Según Sabor, han consistido en dejarle delante basura como flores muertas y secas, romperle una figurita que le había puesto su otra hija y el domingo pasado fue cuando aparecieron excrementos y “hasta el papel con el que se limpió el autor”, señaló. 

Y es que la vilanovesa tiene sus sospechas de quién puede estar detrás de los hechos y así se lo ha comunicado a la Guardia Civil, pero tampoco tiene pruebas. Explicó que se trataría de una vecina que le tiene animadversión por motivos que asegura desconocer. 

En todo caso, le parece una respuesta que excedería de un comportamiento sano por una enemistad. De hecho, explicó que decidió interponer la denuncia por deses­peración y en ella incluyó imágenes que ha ido tomando de los ataques.