De guardia a las puertas del colegio de Ribadumia para velar por la vida de su hija a falta de una enfermera

La pequeña, de tres años, tiene que estar siempre vigilada, pero la cuidadora ha cursado baja y no hay reemplazo
De guardia a las puertas del colegio de Ribadumia para velar por la vida de su hija a falta de una enfermera
Los padres de la pequeña, ayer, en la espera en el exterior del Julia Becerra Malvar | Mónica Patxot / PontevedraViva

Los padres de una niña de tres años hacían ayer guardia a las puertas del colegio Julia Becerra Malvar de Ribadumia. La pequeña padece una afección genética, síndrome de Noonan, que en su caso deriva en una miocardiopatía que puede ser fatal, una afección al corazón por la que tiene que estar en todo momento vigilada. Ante la falta en estos momento del personal facultativo necesario en el CPI, los padres decidieron llevarla al colegio y permanecer fuera, para poder actuar si se desencadena una situación de riesgo para su vida.


Para poder ir a clase, explica la madre de la menor, necesita una enfermera que vele por ella. Este curso fue posible. El centro contactó con Educación, se dispuso una profesional y todo se desarrolló sin mayores complicaciones durante la primera quincena de clases. “Incluso nos acompañou a unha revisión en Cardioloxía en A Coruña”. 


Sin embargo, esa cuidadora tuvo que solicitar una baja, que parece de larga duración, y, al menos por ahora, no hay reemplazo ni fecha o estimación para conseguir otra profesional. 


Así lo explicaba también la madre de la niña, que expuso que  la situación derivó en la ausencia de su hija a clases en la última semana. 


“A enfermeira tivo que coller unha baixa de longa duración e vémonos na realidade de que non hai plan b”. “O colexio chama a Educación, a Inspección, houbo reunións... pero nada surte efecto”. Como “levamos unha semana e non hai ningún plan establecido”, ni “ningunha comunicación”, más allá de la transmitida por la propia trabajadora de baja de que no podría continuar, decidieron “visibilizar o problema”. 


Este no se solucionará por sí solo, lamentan. “A situación non é temporal”, “imos necesitar a enfermeira sempre que acudamos a un centro escolar”. “Levamos unha semana de marxe de espera, pero precisamos que establezan algo estable”. Si Educación concedió la enfermera titular, razonan que también tendrían derecho en esta situación a una sustituta. 


A la puerta del colegio 

La espera fuera no es solo simbólica. Es una cuestión vital. “A nena, ante calquera situación de risco, pode entrar en parada”. “Desde os seis meses de vida está en risco de morte súbita”. Cualquier golpe, caída o incluso situación de estrés, puede desencadenarlo, explican sus progenitores: “Hai que vixiar”, incluso, “que non canse”. 


El síndrome que padece, además, genera otras complicaciones, también de tipo alimentario, que hay que conocer y vigilar de cerca. Ruegan por ello una pronta solución, con personal sustituto para atender esta necesidad. 

De guardia a las puertas del colegio de Ribadumia para velar por la vida de su hija a falta de una enfermera

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