El Loquillo más poético acarició almas en el Costa Feira

El artista recaló en el festival de Sanxenxo con un proyecto que al principio nadie quería financiar y que hace un recorrido por varios poetas europeos y latinoamericanos
El Loquillo más poético acarició almas en el Costa Feira
Loquillo fue el décimo concierto que pudo disfrutarse en el Costa Feira

Si aquellos que acudieron al Costa Feira a ver a Loquillo buscaban vibrar con grandes éxitos como el "Cadillac solitario" o "Feo, fuerte y formal" no encontraron en este festival de Sanxenxo lo que esperaban. El artista -con una banda con una musicalidad impecable y con una gran presencia escénica regada con su torrente de voz- no vino a Nantes a ofrecer rock and roll. O al menos no de forma exclusiva. Desembarcó en el Costa Feira con su proyecto poético "Transgresiones" ese que, según él mismo dijo, "nadie quería financiar al principio". Lo hicieron, bajo la confusión de que el autor de la letra de una de las canciones "era un futbolista del Milan, cuando en realidad era de un gran poeta italiano", explicó. 

 

El Loquillo más poético interpretó una veintena de temas repasando poemarios de nombres muy reconocidos como Mario Benedetti o Gil de Biedma. Lo hizo, eso sí, con su particular chulería y ante un público que permaneció sentado en las sillas colocadas estrategicamente delante del escenario y entre el cual había mucha gente que venía a bailar. Para ello tuvieron que esperarse a la sesión del DJ, que sí arrancó temas que marcaron a más de una generación. Su actuación del jueves fue una lección de literatura musicada.

 

Loquillo demostró versatilidad, que es mas que ese hombre de negro que cantaba "La banda del garaje", que adora la poesía cuando "empecé a leerla por obligación" y que tiene una banda potente "que es mi familia". Entre los músicos, un vilagarciano, el incombustible Pablo Pérez, siempre un genio a la guitarra.

 

El Costa Feira despidió así su décimo concierto, pero en la programación todavía queda más. Un formato de festival diferente que ofrece una alternativa de ocio a las noches arousanas.

El Loquillo más poético acarició almas en el Costa Feira

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