La Denominación de Origen (DO) Rías Baixas anima a los viticultores a utilizar feromonas sintéticas para combatir la polilla del racimo de una forma sostenible. La práctica, “económica y fácil de realizar” ya está siendo usada por las tres cooperativa de esta subzona de O Salnés, como son Condes de Albarei, Martín Códax y Paco y Lola. Ahora, la DO insta a extender su uso, debido a sus ventajas. 

En cualquier caso, también advierten de que, para que sea efectivo el uso de feromonas sintéticas contra la polilla de racimo, se necesita una superficie mínima de tres hectáreas. 

En todo caso, desde Rías Baixas valoran como “primordial” que “todos los viticultores de esta denominación se sumen a esta práctica de manera generalizada, tal y como ya hacen en muchas otras denominaciones de origen españolas”. 

A través de este modelo de viticultura “sostenible y moderna, presente ya en esta Denominación de Origen, se sustituyen los productos químicos por otros más respetuosos con el medio ambiente”, añaden.
 

Por eso, insisten en que “2025 es el momento de universalizar en Rías Baixas el uso de feromonas sintéticas”. Además, los servicios técnicos de las tres cooperativas ponen su experiencia y asesoramiento a disposición de cualquier viticultor y bodega de la denominación de origen que se quiera sumar a esta práctica. También destacan que esta feromona sintética “es muy fácil de adquirir, pues se puede comprar en cualquier tienda agrícola habitual”.

Marzo es el mes “idóneo”

Desde la DO destacan, además, que este mes de marzo es el momento “idóneo” para la aplicación. “Como explican desde estas tres cooperativas de O Salnés, cuya experiencia en este proyecto tiene su origen en 2019, el mes de marzo, coincidiendo con el inicio de la brotación, es el mejor momento para colocar las feromonas sintéticas en el viñedo”. “El objetivo es estar preparados para la primera generación de la polilla de racimo, que cuenta con tres camadas, porque al actuar sobre la primera de ellas se consigue ir debilitando las siguientes generaciones”, explican.

Esta feromona sintética es idéntica a la que emiten las hembras polilla para atraer a los machos. De esta manera se impide que ambos insectos se encuentren para reproducirse. Así, se evita que depositen los huevos sobre las uvas y que las larvas perforen el fruto, produciendo así la temida botritis en los cultivos de vid.