Los robos hartaron este año a los bateeiros y algunas asociaciones decidieron contratar vigilancia; una cuestión complicada por su ubicación en el mar y dispersión, pero que encontró solución en las nuevas tecnologías. En concreto, con el uso de drones y parece satisfactorio pues a día de hoy, y desde abril, ya son 1.000 las bateas vigiladas en la ría de Arousa, tanto de mejillón, como de zamburiña u ostras, y los gardapescas han levantado una docena de actas de denuncia. Las primeras sanciones están llegando ahora.
Jorge García, uno de los pilotos del equipo y un visionario en esto de las múltiples posibilidades que ofrece el dron, explica que “o salto máis importante” de este sistema de vigilancia con respecto a otros es que “usamos o barco como un pequeno portaavións co cal, non saben onde estamos e cos drons temos unha capacidad de visión de entre cinco e oito kilómetros. Ademais, co uso da cámara térmica, xa poden actuar de noite, en total escuridade que os vemos pola calor que desprenden”.
Esta empresa con servicio de Gardapesca vela por las concesiones de particulares y también de asociaciones de acuicultores de toda la ría: desde Cambados, A Illa, Vilanova, Rianxo hasta O Grove Cabo de Cruz... El control no solo se ciñe a posibles robos de cuerdas de mejilla u ostras –el objetivo casi preferido– sino también a controlar atraques de embarcaciones no autorizadas o la presencia de marineros explotando artes no permitidas en las bateas.
El gardapesca explica que una vez han localizado un barco sospechoso, por decirlo de alguna manera, se toman sus datos y se informa al propietario por si tiene autorización o no y si quiere dar curso a un acta de denuncia que remiten a Mar, como competente en la materia. “Agora empezan a chegar sancións e a xente tende máis a cumprir por exemplo en cuestións como atraques de barcos sen autorización nunha batea”, detalla. En lo que va de año, ya levantaron sobre una docena de actas.
Su positiva percepción va acompañada por el hecho de que les acaban de renovar el contrato por un año más, así que entiende que hay satisfacción con los resultados. Y no solo tienen drones aéreos con visión nocturna con cámara térmica, también unidades submarinas, más dirigidas a inspecciones de la estructura sumergida, las cuerdas, los muertos.. e incluso plagas. García cuenta que recientemente hubo una de estrellas de mar en la ría de Pontevedra que provocó un 70 % de pérdidas de cría de mejillón. En la arousana hubo algún caso, pero no de excesiva gravedad.
El equipo está formado por tres estables de los cuales, dos recibieron el título oficial con los cursos de manejo de drones del Plan Integral de Emprego de la Mancomunidade do Salnés del que García es monitor. No obstante, hay momentos del año en que se refuerzan con hasta cinco miembros que también realizan otras labores. El piloto arousano explica que colaboran con el Misterio de Transición Ecológica en el control de tres especies de aves protegidas: el cormorán moñudo, la pardela balear y la gaviota patiamarilla. Aprovechan sus barridos aéreos y le envían un informe bimensual. También de otras especies de cetáceos.