claro que sí. Y no solo se puede hacer la división en eso tan repetido de “la España que madruga” y la que vive de ellos.
Y hay un grupo de ciudadanos, los retratados ya como mayores pero no idiotas por uno de esos veteranos cabreado por ser expulsado de la sociedad por las nuevas tecnologías. Y casi siempre, detrás –agazapado– tras ese nuevo modelo hay un parado. ¿Ejemplos? No es fácil en la estación de autobuses encontrar abiertas las oficinas expendedoras de billetes pues AHÍ ESTA LA MAQUINA QUE LOS IMPRIME. Es solo un ejemplo que tiene carta de naturaleza en la banca y que poco a poco va infiltrándose en la vida cotidiana. Nadie está en contra del progreso pero tiene que ser una ventaja para todos y no para unos cuantos.
Seguro que cada uno de los lectores que se acerque hoy a este balcón tiene pruebas de esta realidad.
Tal día como hoy hace un año, tengo delante de información periodística de aquella fecha, más de cinco mil gallegos se enfrentaban a largas colas para poder cobrar el ingreso mínimo vital.
Era tal el papeleo, tan absurda y lenta la burocracia para conseguir un derecho, que numerosas sentencias dieron la razón a los solicitantes e instaron a las administraciones a facilitar esos trámites.
Y si ampliamos la mirada nos encontramos, otra vez, con las dos Españas: un diez por ciento de sus ciudadanos multiplicaron sus ingresos mientras aumentó en número de los que no llegan –pese a tener curro – a fin de mes y un porcentaje mayor que sufre pobreza continua.
Y hay dos Españas también en el mundo de la política: los que apoyan las medidas sociales y los que ponen palos en las ruedas de un progreso sostenible y que no deje a nadie atrás .Repasen las leyes puestas en marcha por el gobierno y recuerden quienes se opusieron.
Lo más reciente entre el maridaje del PP y la patronal confirma “ese frente” de una de las dos formas de entender España. Los presidentes –uno del PP y otro que representa al capital– han asegurado que son almas gemelas y que tienen los mismos intereses. Lo rubricaron de una forma bastante expresiva: son como John Lennon y Yoko Ono y solo les falta usar la misma cama. Muy expresivo. Muy real. Solo falta que solo les falta pedirnos que les hagamos la cama.