La rehabilitación integral de la capilla de la isla de Cortegada está descubriendo joyas históricas que dan una pista de cómo eran utilizadas estas instalaciones cuando la isla carrilexa todavía estaba habitada. Desde hace unas semanas técnicos contratados por la Consellería de Cultura trabajan según lo programado en un proyecto que busca la puesta en valor de un inmueble y de su entorno y que –una vez que se culminen las obras– estarán perfectos para ser visitados y disfrutados por los que se acerquen hasta Cortegada.
Hasta el momento, y así lo cuenta el arquitecto director de la intervención, José Barreiro, el primer paso con el que se actuó en la isla carrilexa fue realizando catas arqueológicas. “Iso estivo orientado a averiguar os límites e a cota na que estaba o hospitalillo”, manifiesta. De hecho se hicieron tres catas. “Unha foi no punto no que o hospitalillo se alía coa fachada principal da capela, outra coa sacristía da igrexa e outra na esquina para saber ata donde chegaba”, explica el técnico.
En esos trabajos iniciales el equipo encontró los restos del hospitalillo, una parte de la cimentación del muro y el pavimento exterior “cun enlousado que está comunicado co propio enlousado da capela, pero que non sabemos por fóra ata donde chega”. De hecho la idea es realizar más catas para intentar descubrir este extremo. Con ellas podría verse en qué estado se encuentra y también analizar el modo de cómo recuperar esa zona. “De momento non sabemos ata donde chegaba, daí que tamén esteamos facendo esta intervención. Por exemplo na fachada da igrexa hai unhas marcas como se anteriormente estivese ubicada máis atrás. Son todo suposicións de momento”, manifiesta.
Los primeros pasos que se dieron en la capilla fueron los de limpiar la maleza. “Fóronse retirando as pezas exteriores da capela que se puxeran alí nunha intervención anterior. Agora están agrupadas polo sitio ao que pertencen. Por exemplo no altar da capela había unha bóveda de canón que caeu. Pois todas as pezas desa bóveda están agrupadas”, explica Barreiro.
En el transcurso de los trabajos también se ha hecho un replanteo del arco de la capilla mayor y se montó en el suelo. “Atopamos que falta unha peza e que outra está rota. Probablemente haberá que sustituíla”, manifesta el arquitecto. El equipo que trabaja en la capilla de Cortegada –conformado por una media de cuatro personas– también está reconstruyendo uno de los muros, así como analizando cómo reconstruir parte de la cornisa.
El trabajo de reconstrucción y mejora de este emblema carrilexo es multidisciplinar. De hecho Barreiro señala que cuentan con los profesores Santiago Huerta y Rosana Guerra. “Son os mellores no seu campo”, manifiesta el arquitecto.
El plazo de ejecución de la intervención es de nueve meses y esta se basa en un estudio previo muy elaborado –que se hizo ya hace unos años– y que es el que se está siguiendo. Todo teniendo en cuenta que en este tiempo las malezas avanzaron y que los muros están mucho más deteriorados.