Una ley generalista pensada para el calor: “Se a tortilla non chega ás doce cómese ás dúas”

Una ley generalista pensada para el calor: “Se a tortilla non chega ás doce cómese ás dúas”
Repartidor de pan en Vilagarcía I GONZALO SALGADO

El lunes 27 de enero la jornada fue de todo menos apacible. Tras fuertes tormentas y lluvias durante toda el día, por la noche las carreteras se tiñeron de blanco por una feroz granizada. Ante este panorama, eran muchos los que tiraban de móvil para encargar su cena. Las propias app de reparto a domicilio así lo animaban, con mensajes del tipo “con este tiempo, nosotros te llevamos la cena a casa”, como el que se podía leer en una empresa afincada en O Salnés. 

 

Así, las motos de reparto eran una estampa más de las carreteras mojadas y resbaladizas. ¿Qué pueden hacer los trabajadores afectados ante esta situación?. “Ante las fuertes lluvias se recomienda circular con precaución e informarse antes del estado de las carreteras, no atravesar zonas inundadas o que puedan llegar a inundarse y evitar aparcar en las riberas de los ríos”, comunicaba la propia Xunta. Pero, ¿quién toma la decisión de no salir a trabajar?. 

 

La Ley de Prevención de Riesgos deja en manos de las empresas la adopción de medidas para garantizar la seguridad de los empleados que trabajen al aire libre. El Real Decreto-ley 4/2023, anunciadoen plena ola de calor en el centro y sur español, recoge que en caso de nivel naranja o rojo (por elevadas temperaturas o por temporal), las empresas deben fomentar la flexibilidad horaria o reducir la jornada, pudiendo recuperar este tiempo cuando finalice el riesgo.

 

Cumplimiento normativo

Sin embargo, ¿se cumple?. En alerta roja sigue habiendo trabajos al aire libre y, de hecho, algunos se incrementan. “A lei é xeneralista e non para situacións concretas, pensada máis para o verán”, explica Xoán Xosé Bouzas Aboi, de la CIG, que señala que “non levamos ningún caso deste tipo porque na maioría, as horas compénsanse”. Lo mismo señala Miguel María, de CCOO, que pone como ejemplos las fabricación de estructuras metálicas o la reparación de barcos fuera de las naves. “Hai cousas que son evidentes, como estar colgado dun poste. Sería unha irresponsabilidade terrible”. En el caso de los repartidores a domicilio, en el que los horarios los marca el consumidor, Bouzas Aboi é claro: “Se a tortilla non chega ás doce pois cómese ás dúas. Non é responsabilidade do traballador”. De hecho, Miguel María señala que sería “unha irresponsabilidade” empresarial.

Una ley generalista pensada para el calor: “Se a tortilla non chega ás doce cómese ás dúas”

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