La tendencia de varias ciudades de España –e incluso de Galicia– de impulsar sus mercadillos ambulantes en Vilagarcía la feria de los martes y de los sábados se ha ido apagando de forma paulatina en los últimos años. El censo actual de licencias que maneja la administración local señala que hay 219 en activo, cuando hace tan solo tres años eran un total de 240. Una cifra que –en todo caso–no se corresponde con la asistencia de puestos tanto en la jornada del martes (con menos cantidad de gente) como en la del sábado.
Son muchos menos los ambulantes que acuden a vender a Vilagarcía y un simple paseo por zonas antes muy transitadas –como las calles pegadas justo a la Praza de Abastos o por el entorno de A Peixería– ahora atraen a una menor cantidad de gente. Desde la administración local apuntan que la asistencia –que se regula a través del departamento de Mercados– ronda de media el 60% y que es mayor los sábados que los martes. Aún así indican que a lo largo del año hay variación y que las condiciones meteorológicas influyen –y mucho–en la decisión de que los puestos busquen asentarse para intentar rascar alguna venta.
La idea del Concello de Vilagarcía es actualizar en este mes de febrero el censo de licencias para ver cuántos son exactamente los vendedores que hay registrados y cuántos acuden habitualmente al mismo.
El mercadillo vilagarciano sufrió una remodelación importante tras las obras de humanización de Arzobispo Lago y la calle Alexandre Bóveda. En esta última –que se cerraba al tránsito de vehículos de motor todos los martes y los sábados– conviven desde hace ya unos años coches, compradores y vendedores. Una medida que obligó a trasladar algunos puestos a la zona de Vista Alegre y también a Arzobispo Lago y que no sentó muy bien ni entre los propios ambulantes ni tampoco entre el comercio local.
Frente al evidente decaimiento del mercadillo vilagarciano en Cambados este gana en fuerza desde hace ya unos meses. De hecho el departamento de Comercio que dirige Tino Cordal está pensando en ampliar la zona de venta para poder acoger a más puestos. El edil cambadés explica que hay alrededor de 200 licencias y que algunos de los titulares de las mismas no solo tienen un puesto de venta, sino dos o más. Además explica que las nuevas solicitudes van llegando al Concello. “Temos arredor de 40 novas”, indica.
En la capital del albariño los mercadillos se celebran también dos días a la semana, concretamente los miércoles y los sábados (este último coincidiendo con el de Vilagarcía) y el interés tanto de vendedores como de clientela no ha hecho más que crecer. Incluso teniendo en cuenta que también ha habido cambios en su ordenación en los últimos años, estando ahora puestos en calles que antes ni se tocaban.
Una Praza de Abastos que espera por la aplicación de una norma para acudir todos los días a vender |
El modelo de la Praza de Abastos de Vilagarcía está todavía en el aire. Es en este primer semestre del año cuando el gobierno local pretende hacer cumplir la ordenanza que obliga a los titulares de los puestos a acudir todos los días a vender (excepto, claro está, los lunes que no hay pescado). Una opinión que no comparten parte de los vendedores de productos perecederos, que entienden que hay días en los que ir a vender “no da” y que por lo tanto no pueden sentirse obligados a ir al Mercado y perder dinero. El Concello entiende que la Praza de Abastos tiene que estar viva y que eso implica contar con puestos con productos la mayor parte de la semana. Conscientes de que es uno de los mercados de Galicia con el sello de calidad y que, si va perdiendo en importancia, podría perderlo. Lo cierto es que a día de hoy visitar la Praza los miércoles o los jueves implica poder elegir entre muy pocos puestos de venta. Algo que Ravella quiere cambiar después de haber realizado importantes inversiones en el inmueble y también con la adquisición de un vehículo eléctrico para dinamizar y ayudar a los placeros a vender y a adaptarse a los nuevos tiempos. |
Tino Cordal presume de que el cambadés es –a día de hoy– uno de los mercadillos “máis potentes da comarca”, que goza de buena salud y que por lo tanto la administración local va a realizar todo tipo de propuestas que contribuyan a que siga manteniendo el músculo.
A mayores en la comarca de O Salnés también funciona el mercadillo de O Grove (que se hace en la zona de O Corgo) y otros que son menos numerosos tanto en clientela como en vendedores.
El textil y el calzado siguen siendo los productos estrella de los mercados ambulantes que –además– contribuyen a dinamizar también las plazas de abastos, dado que se ubican precisamente en su entorno. Es el caso de Vilagarcía en donde los placeros reciben a mucha más clientela los martes y los sábados cuando están los ambulantes. Alimentan así sinergias dentro del comercio de proximidad.
En Cambados el Mercado de Abastos está también justo al lado de los puestos que, al mismo tiempo, también beben de la clientela que puede ir a comprar a la Praza.
Lo cierto es que a nivel estatal este tipo de mercadillos están en auge –muchos apostando en parte por la ropa de segunda mano– y algunos incluso optan por promocionarse a través de las redes sociales con miles de seguidores fieles.