La empresa Mercadona se muestra dispuesta a ceder la parcela donde se encuentran los restos arqueológicos de la cetárea romana y de la puerta marítima del Castro Alobre, en un lateral de la finca donde se está construyendo el nuevo supermercado, que no se ve afectado por estos hallazgos, situados en extremo opuesto.
La compañía confirma que mantuvo diferentes encuentros con el Concello para encontrar, de forma conjunta, la mejor fórmula para poner en valor los hallazgos. Su postura, aseguran, es ya conocida por la administración municipal, por ser la que "mantiene desde el inicio". Se trata de ceder esta parte de la parcela. Además, Mercadona incide en que coincide con el gobierno local en la "necesidad de que los importantes hallazgos queden al descubierto".
La aparición de un acceso escalonado en la finca de Valle Inclán revela que el Casto de Alobre se extendía hasta el nivel del mar. “É un bombazo arqueolóxico”, señala Israel Picón, de A Citania, empresa que llevó a cabo las excavaciones. Una empresa de contrastada trayectoria que también localizó la importante fábrica de salazón romana. Lo cierto es que la puerta apareció en uno de los últimos días de trabajo, cuando ya nada hacía presagiar mayor descubrimiento que la cetárea romana, ya de por sí, de gran importancia.
“Estamos a falar dunha ampliación notable do perímetro do castro”, apunta Picón, que reconoce que en el equipo se encuentran “moi satisfeitos”.
Con estas nuevas revelaciones, el perímetro desde donde se encuentra el área excavada y musealizada del Alobre, hasta la finca de Valle Inclán (antiguamente bordeada por el mar), pasando por el Valdés Bermejo, sería una gran área arqueológica, con ocupaciones castrexas y romanas. La intención del Concello es que tanto la puerta marítima como la cetárea queden al descubierto, siendo musealizadas.
El ejecutivo de Alberto Varela destaca la relevancia y valor de los vestigios que están saliendo a la luz. “Nin o goberno nin a cidadanía entenderían que se apostase por unha medida que non permitise gozar e admirar o patrimonio local”, explican desde el gobierno local, que rechaza enterrar estos restos. Ravella incide en que los restos hallados permiten una mayor “comprensión da importancia” que para los habitantes del castro tenía el comercio y la explotación de los recursos marítimos. La solución dependerá de la Dirección Xeral do Patrimonio, organismo al que el BNG reclama que dé la máxima protección legal, tanto a la entrada marítima como a la cetárea. Además, los nacionalistas piden que el futuro PXOM dedique una especial atención al área de estudio, ampliando el llamado entorno de protección y la zona de amortiguamiento, “que deberá contemplar do mesmo xeito as condicións de visibilidadae e perspectiva dos restos atopados, xa de por si en risco pola presenza tan próxima da futura edificación comercial”