La Autoridad Portuaria de Vilagarcía inicia el procedimiento para adaptar el muelle de O Ramal a los nuevos usos, como punto de esparcimiento, paseo y ocio, que tendrá tras su integración en la ciudad. La entidad que preside José Manuel Cores Tourís saca a licitación, por 248.434,26 euros, la obra de dotación de instalaciones de saneamiento.
El plazo de ejecución de la actuación es de cuatro meses y los interesados en presentar ofertas podrán hacerlo, en la propia sede de la entidad, hasta las siete de la tarde del día 28 de este mes. En los pliegos, que se pueden consultar en la web de Contratos del Estado, se establecen como consideraciones especiales las acciones de sensibilización y formación respecto a los derechos establecidos en las leyes de igualdad.
El muelle de O Ramal es uno de los más antiguos del Puerto de Vilagarcúa. Tiene una longitud de unos 252 metros y un calado de siete. Históricamente, explican en la memoria de contratación, estaba destiando a la operativa portuaria de transporte de mercancías por tren. Las naves construidas funcionaban como almacén de acopio de materiales sólidos.
“Actualmente la operativa portuaria está más centrada en otros muelles del Puerto, debido a que estos tienen más calado y una mayor capacidad de operativo”, explican desde la entidad en la justificación de la obra. Por ello, el uso de las edificaciones está cambiando, hasta tal punto que solo son dos las del nuevo Ramal, las que fueron concesionadas a la Agrupación de Parquistas para la lonja y un centro de interpretación de la almeja de Carril.
El cambio hacia usos distintos del meramente comercial y portuario, señalan en la memoria, conlleva “dotar a la zona de una nueva red de saneamiento que pueda soportar los nuevos efluentes con la capacidad requerida y funcionando adecuadamente, ya que actualmente este muelle solo cuenta con una red de aguas de escorrentías de pluviales.
La actuación contempla la construcción de una tubería de PVC de la serie SN-8 de diámetro nominal de 315 milímetros, dividad en dos tramos de 170 metros de longitud y con una pendiente del 0,7 por ciento. Estará a una profundidad mínima de un metro en la cabecera del tramo y que alcanza una máxima de 2,20 metros, medidos a la base de la tubería, en la parte final.
Además, se proyectan dos pozos de registro para la conexión de las acometidas de las naves existentes y de las futuras edificaciones, con separación de unos 25 metros, que es el ancho medio de las parcelas. En cada uno de ellos, habrá un acometida de saneamiento con tubería de PVC de diámetro e 160 milímetros, con su respectiva arqueta de 40x40 centímetros de registro domiciliario. Conectado con esta alcantarilla, se dispone una tubería de aliviadero por si hubiese un fallo del bombeo. La tubería se instalará en una zanja de profundidad variable, de entre uno y 2,3. Estará sobre una capa de asiento de arena de diez centímetros de espesor. La zanja se rellena con material seleccionado hasta los 20 centímetros sobre la cota superior de la tubería.
En cuanto a la impulsión, recoge el proyecto técnico, se resuelve con una tubería PE de diámetro de 110 milímetros, de 402 metros de longitud total, que unirá el pozo de bombeo con la arqueta de vertido existente.
Además, se proyecta una estación de bombeo con un pozo prefabricado, compuesto de todos los elementos de calderería necesarios, en el que se dispone de un equipo compuesto por 1+1 bombas centrífugas de una etapa, sumergibles capaces de elevar 8,68 litros/ segundo a 11,6 metros de desnivel.
El proyecto también contempla la modificación del trazado de la línea eléctrica en su tramo afectado y la ejecución de la instalación adaptada a la nueva situación. La solución adoptada consiste en cuatro tubos con diámetro de 160 milímetros a las profundidades exigidas por las nuevas condiciones de su ubicación. Después, se retirará el cableado existente.