Han tenido que darse varios accidentes –y otros tantos sustos– para que las administraciones implicadas en las obras de Rodrigo de Mendoza actuasen en la pequeña rotonda de A Laxe. Las vallas que se colocaron hace ya unos meses para regular la circulación en este punto estaban colocadas de tal forma que los conductores que circulaban desde el centro de la ciudad hacia As Carolinas no veían a aquellos turismos que cogían la rotonda en dirección a A Laxe. La consecuencia fue que al menos tres vehículos sufrieron importantes desperfectos por esta evidente falta de visibilidad.
Ahora, tras un análisis de la situación las vallas han sido retiradas, por lo que la visibilidad –dentro de lo que es una carretera en obras– ha mejorado. A mayores en el Concello de Vilagarcía se han registrado varias incidencias respecto a las vallas delimitadoras. Algunas de ellas se cayeron, provocando daños en al menos tres vehículos. De hecho la Policía Local levantó un informe al respecto y ya ha acordado que requerirá tanto a la empresa adjudicataria de los trabajos como a Augas de Galicia –promotora de los mismos– que se haga responsable de los daños causados.
Lo que se ha hecho es mover el centro de la rotonda provisional de sitio y también ubicar las vallas delimitadoras de otra forma. Cabe recordar que el tráfico en este punto de la avenida Rodrigo de Mendoza está totalmente modificado. Los vehículos que llegan desde As Carolinas dirección Fexdega deben girar a la derecha para circular por Celso Emilio Ferreiro y, metros después, incorporarse a Rodrigo de Mendoza por la Rúa Santa Eulalia. Es, en todo caso, una medida provisional. El tráfico y el sentido se recuperarán una vez concluyan los trabajos, a los que todavía les quedan unas semanas.
Dentro del mismo proyecto la maquinaria pesada continúa trabajando en la explanada delantera de Fexdega. La Consellería de Infraestruturas estimaba que las obras en este punto estarían culminadas en el primer trimestre de este año, pero finalmente se prorrogarán un poco más. Lo que se hace ahora en Rodrigo de Mendoza es establecer la conexión entre los tanques de tormenta subterráneos de la explanada de A Maroma con el río de O Con. De esta forma –en caso de vertido– se actuará de forma más eficiente sobre el mismo.
En el mismo cauce fluvial también se trabaja en otros tanques de tormenta a la altura de la Praza de Abastos y de la avenida Valle-Inclán. Además de ser una medida buena para los posibles vertidos también será efectiva en casos de posibles riadas. Es una técnica que ya funciona en otras ciudades españolas con problemas similares al de Vilagarcía como Bilbao.
La Xunta, a través de Augas de Galicia, lleva a cabo una inversión millonaria en unas obras que empezaron hace ya año y medio y a las que todavía les quedan meses por delante.