Las familias del Centro de Educación Especial de Vilagarcía están indignadas con la decisión de la Consellería de Educación de retirar, durante la mayor parte de la jornada lectiva, la enfermera que tenía el colegio. La profesional fue trasladada a Ribadumia, para atender a una menor con problemas cardiacos que precisa realmente este servicio, pero lo que molesta a las madres y padres es que, como señala el refrán, se desvista a un santo para vestir a otro.
 

“¿Cómo tienen la desfachatez de quitar una enfermera a un centro donde hay menores conectados a un aparato u otros que tienen frecuentes ataques de epilepsia?”, se pregunta la presidenta de la ANPA, Conchi Ventoso, que recuerda que los niños con necesidades especiales es común que tengan problemas de movilidad, motricidad, respiratorios y también, en algunos casos, de epilepsia.
 

“Ya tendría que haber un médico”, reflexiona la portavoz de las familias. La enfermera estaba, hasta hace poco, durante toda la jornada lectiva, es decir, de 9 a 14:45 horas. Sin embargo, ahora solo está a partir de la una de la tarde. Por ello, y por otros problemas que sufre el centro, la ANPA convoca una concentración para mañana por la tarde, a partir de las cinco, delante de las instalaciones, situadas en Doutor Fleming. Exigen también dos cuidadoras más de las siete que tiene un colegio con ratio de diez y dos profesores más. 

Ventoso señala que en seis años pasaron de 30 a 62 alumnos. La situación se agravó con la llegada de dos menores con necesidades todavía más específicas, que en su centro de origen tenían cuidadora y profesor de apoyo. La ANPA ya dio cuenta de su malestar a la Xunta y está dispuesta a seguir con las protestas.