Está claro que Vilagarcía ha dado con la tecla del éxito para que la despedida del año y el recibimiento del que entre sea toda una celebración. La Praza de Ravella volvió a abarrotarse para recibir de forma anticipada a 2025. La existencia de uvas entregadas gratuitamente por el Concello ya se había agotado pasadas las once y cuarto de la mañana, casi una hora antes de las campanadas. La Danza do Sol de la compañía de Nelson Quinteiro funcionó que –lejos de los diluvios que se tienen vivido en la capital arousana a 31 de octubre– amaneció una jornada soleada ideal para que la Tomas das Uvas fuese plácida y agradable. Los esperados y aplaudidos Mozos de Arousa lo dieron todo sobre el escenario después de que el alcalde, Alberto Varela, quisiese dirigirse a todos los presentes para desearles una buena entrada de año. La música más actual sonaba para que absolutamente nadie se quedasen sin bailar tras el confeti y el brindis de rigor.
Lo cierto es que las campanadas no fueron más que el arranque de una jornada maratoniana en Vilagarcía. Después de Ravella el ambiente se trasladó a la zona de hostelería en la que varios negocios optaron por contratar pinchadiscos o música en directo para animar lo que ya se ha bautizado oficialmente como “tardeo”, pero que en la capital arousana ya arrancó de mañana. De hecho calles como A Baldosa, Méndez Núñez o la zona de O Castro recordaban por momentos a las multitudes que se viven en la mañana de la Festa da Auga, salvando las distancias.
Muchos enlazaron las celebraciones con la noche y otros decidieron comer en casa para regresar sobre la una de la tarde a darlo todo hasta el amanecer. Trajes para ellos y vestidos de brillo para ellas fueron los “outfits” más vistos en la zona de la movida vilagarciana durante la noche. A primera hora de la mañana la actividad tanto en la churrería de la Praza de Abastos como en varias cafeterías del centro era intensa y con colas. El termómetro rozaba los cero grados, pero sobre todo los más jóvenes no se resignaban a volver a casa cuando ya era de día. Un clásico para recibir un 2025 que ya está aquí.