Los pirómanos están dispuestos a acabar con cualquier resquicio de naturaleza en el lugar de Sobrido, en Oleiros, y se ceban con esta zona y otros puntos de los alrededores. Todo empezó en la tarde del 13 de agosto cuando esa parroquia riveirense empezó a verse azotada por dos incendios forestales en la parte alta del campo de fútbol -800 metros cuadrados- y en el lugar de Balteiro -media hectárea-, aunque afortunadamente y pese al fuerte viento que soplaba pudieron ser controlados y extinguidos. Horas después, ya de madrugada se registraba el primer gran incendio del verano en la zona -luego se vio superado por el de Moimenta (Boiro), con 26,7 hectáreas arrasadas por las llamas-, y que mantuvo en vilo a vecinos de Sobrido y equipos de extinción. La superficie calcinada alcanzó las 5,77 hectáreas. Con esos antecedentes, esa zona se ha convertido en una de las más vigiladas, pero eso parece importarles poco a los incendiarios y, tras eludir ese control, en la medianoche del domingo al lunes prendieron nuevamente otro foco a continuación de la parte que ya ardió hace 10 días.
Según datos facilitados por la Consellería do Medio Rural, ese último fuego pudo ser sofocado por completo a las 2.51 horas después de que se vieran afectadas por el fuego 0,58 hectáreas de monte arbolado. En la extinción intervinieron un agente forestal, tres brigadas y dos motobombas, y además se desplazaron al lugar miembros de las Policías Local y Nacional y del Ejército, así como la concejala de la parroquia, Herminia Pouso.