El año 2020 ha sido un año de grandes cambios a nivel global, no solo por la situación de alarma sanitaria en todo el mundo, sino también por las consecuencias derivadas de esta, tanto en el ámbito social, como en el laboral.
Y es que este fatídico año en el que las restricciones de movilidad han dificultado el acceso a servicios locales, se ha reforzado notablemente la digitalización de multitud de empresas. Esto no quita que sectores que llevan adaptándose al entorno online durante años, como el turismo o los seguros, hayan sufrido el embiste de la crisis.
Pero no todas las consecuencias de esta situación han sido negativas al cien por cien, ya que la necesidad de trabajar desde casa y todo lo que ello implica ha ayudado a acelerar la transformación digital que se lleva gestando desde hace muchos años y que sin este impulso hubiese tardado bastante tiempo más.
En marzo de 2020 el Gobierno de España decretó el estado de alarma y con él las medidas restrictivas que harían que la vida de todos cambiase de un momento a otro.
Muchas personas tuvieron que amoldarse al teletrabajo, sin las medidas necesarias para que este fuese totalmente efectivo, ya que muchas compañías aún no contaban con las infraestructuras necesarias para que sus empleados llevasen a cabo todas las actividades desde su casa, incluidas las reuniones online. Esto ha llevado a las empresas a potenciar sus plataformas y a realizar importantes cambios en cuanto a actividades se refiere, llevando incluso a replantearse, en algunos casos, de forma estructural, el modelo de negocio utilizado.
Todo esto fue la consecuencia directa, no solo del confinamiento de los trabajadores, sino del uso de las tecnologías por parte de los usuarios, quienes, también encerrados en sus casas, incrementaron el uso de sus ordenadores, tablets y móviles para llevar a cabo actividades que antes realizaban de manera offline, desde la compra de todo tipo de productos, hasta el encargo de comida a domicilio, pasando por las clases online, las quedadas con amigos u otro tipo de actividades de ocio, como la práctica de deporte, los videojuegos o los scape rooms online.
Influencia de este gran cambio en las empresas
En los últimos años se ha ido asentando el cambio hacia una era digital, la cual, gracias al empujón obligado por la pandemia de coronavirus, ha logrado establecer este nuevo paradigma tecnológico en el día a día tanto de usuarios como de empresas.
Las grandes tendencias alrededor del sector digital se basan en el uso constante de smartphones y otros instrumentos digitales capaces de facilitar la vida de los usuarios, como pueden ser los novedosos smartwatches; también se está viviendo un auge de las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial, y un gran incremento en el número de compras realizadas de forma online.
Todas estas innovaciones han llevado a las empresas a plantearse diversos cambios, con el fin de seguir la corriente actual, teniendo en cuenta, además, que en estos momentos, las expectativas de los consumidores en cuanto al mundo digital se refiere son mucho mayores.
Para ello, no solo es necesario adecuarse a la situación a través de un diseño de página web responsive y funcional, de un uso y gestión constante de las redes sociales, de una buena atención al cliente a través de diferentes plataformas online o de una planificación adecuada de estrategias de marketing online; también es necesario analizar las necesidades de clientes y trabajadores y buscar soluciones adecuadas para que el trabajo se lleve a cabo de forma efectiva para todas las partes.
Se ha comenzado la gran transición digital que se llevaba tanto tiempo gestando, ahora ha llegado el momento de perfeccionar todas las técnicas y las herramientas para que esto se convierta en el futuro de todo tipo de negocios. Todo esto teniendo en cuenta la crisis económica que está derivando de la pandemia y tomando como oportunidad para el cambio la recuperación que se está llevando a cabo en muchos sectores. La economía global se encuentra en el momento idóneo (aunque resulte contradictorio debido a las consecuencias negativas que se están viviendo) para adaptarse a la nueva era digital, para implementar cambios y para que las empresas piensen a lo grande y transformen todos los aspectos necesarios para unirse al mundo online y todo lo que este conlleva.