Jornada trágica la de ayer en las carreteras arousanas. M.C.L., na mujer de 77 años de edad y vecina de Catoira, perdió la vida en un aparatoso accidente en la carretera que une el municipio vikingo con Caldas, justo en el límite de las parroquias de Carracedo y Bemil. El suceso tuvo lugar a las cinco y cuarto de la tarde cuando, por motivos que se están investigando, el Seat Ibiza en el que viajaban la fallecida y otras dos personas en dirección Caldas no cogió una de las curvas y salió despedido cayéndose por un terraplén de gran altura y sobre unas viñedos del lugar de Paradela, a escasos metros de una vivienda particular.
El vehículo quedó volcado y sus ocupantes atrapados. Fue un vecino el que alertó a los servicios de emergencias que se personaron de inmediato en el lugar. El fuerte impacto del coche contra el suelo acabó con la vida de la mujer, mientras que su marido (que también viajaba en el turismo) y su hijo (que se ha podido saber que lo conducía) apenas sufrieron daños de gravedad.
Efectivos de los Bombeiros do Salnés fueron los encargados de excarcelar a las víctimas del siniestro, pero nada se pudo hacer ya por la vida de la septuagenaria.
En el operativo también participaron efectivos de la Guardia Civil de Tráfico, de la Policía Local de Caldas y asistencia médica.
Lo cierto es que el vial que une Catoira con Carracedo lleva años siendo testigo de trágicos accidentes. El último sin contar con el de ayer por la tarde fue hace tan solo unos meses y a pocos metros. En él falleció un agente de la Guardia Civil de Tráfico que acudía, precisamente, a auxiliar a los implicados en otro accidente en el término municipal de Caldas. No ha sido el único. Otro de los más aparatosos fue el de un autobús que acudía a una boda, con trágico final. El trazado, muy sinuoso, convierte a este vial en un punto negro de las carreteras arousanas.