Hay situaciones en la vida que se sabe como empiezan, pero no como acaban. Esto es lo que pudo pasarle a las personas que celebraban por todo lo alto un cumpleaños en el Monte Castrove y que acabó de forma abrupta con la irrupción de la Guardia Civil tras una denuncia porque la juerga, confundida con una rave, se desarrollaba muy cerca de unos petroglifos que requieren protección.