No es un peñón, pero sí una pica en Flandes. Se trata de un terreno, una plaza, que pertenece al Concello de Valga pero se ubica toda ella en el de Pontecesures, que amenaza con su expropiación para poder realizar obras allí y que su municipio vecino no permite. Y no solo eso, los valgueses han afilado las uñas y apelan a la historia, la memoria y el sentimiento para que nadie se atreva a mover los marcos. Esto no gustó a los otros y el conflicto ya está ahí.