Arosa y UD Ourense se enfrentan el domingo en A Lomba (17.30 horas) en el partido supremo de Tercera RFEF. Frente a frente estarán los dos grandes clubes de la categoría, que comparten objetivo y obligación: ascender. Los arlequinados ya tocaron Segunda RFEF en una efímera aventura hace tres temporadas. Suficiente para comprobar que es su sitio apropiado, tanto en el aspecto deportivo como en el social y el económico. Nada que ver con el pozo que fue la Segunda B en sus anteriores participaciones, que desencaderon casi siempre en crisis económicas en A Lomba. El Arosa ansía volver. A la tercera busca la vencida, tras quedarse apeado en el play-off los dos últimos años, en los que se cruzó con la UD Ourense.
Los ourensanistas también han confeccionado una plantilla para tratar de ser campeones. Han visto como dos clubes de la provincia, Arenteiro y Ourense CF, no han dejado de subir escalones los últimos años, plantándose ambos en Primera RFEF pese a contar con menor respaldo social.
La UD Ourense nació con un modelo de accionariado popular con el propósito de no repetir los errores del pasado del extinto CD Ourense, del que recoge el testigo y homenajea su memoria. Después de una década de vida, necesita ya romper su techo, la Tercera RFEF, para seguir creciendo sin perder el espíritu de unión y participación.
Los dos clubes cuentan con las aficiones más importantes en número de la categoría. Seguidores que apoyan, empujan y exigen. Reflejo de la necesidad compartida de dar el salto. Manejan presupuestos importantes, acordes con su finalidad. Y han empleado bien estos recursos en verano, confeccionado dos magníficas plantillas, con jugadores con experencia en superiores categorías.
Hambre vs veteranía
Los de la UD Ourense son más veteranos. Pol Bueso (39 años), Cellerino (38), Álex Fernández (36), Luismi (32), Lucas Puime (31), Álex Cabarcos (29), Álex Cobo (28), Champi (28) o Varo (27) son futbolistas experimentados y llamados a marcar diferencias. Apuestas seguras que se mezclan con sub 23 como Pablo Parrilla, Noel, Osián, Justino o Anwar. Sin olvidar al ex del Estradense Migui, que tiene 23 años y es el máximo goledor del equipo con 3 tantos.
La idea del Arosa ha sido diferente. Se ha nutrido de futbolistas que han dejado de ser sub 23, condición que la mayoría disfrutaron en plantillas de categorías superiores. Carlos Torrado, Luis Castro, Samu Santos, Mario García, Jose Rivera, Martín Diz, Antón Concheiro, Óscar Varela o Iñaki Martínez. Todos ellos jugadores de 25 años o menos que, al igual que la media docena de sub 23 del plantel, saben que lo mejor de sus carreras deportivas está por llegar.
Romay (34 años), Javi Rey (33) y Pacheco (32) son los únicos veteranos del equipo por encima de la treintena. Por lo tanto, la UD Ourense gana en experiencia y el Arosa en hambre. Tanta, que le ha llevado este año ha implementar un cambio muy significativo para acortar los pasos con el fútbol profesional: entrenar por las mañanas.
El gran duelo de la Tercera RFEF entre los dos grandes favoritos al título llega muy pronto, en la séptima jornada. Pero será un partido que servirá de termómetro. El Arosa busca su cuarta victoria seguida, algo que no consigue desde la temporada con Rafa Sáez en la que curiosamente logró ascender al final de liga. Se ha recuperado de un pésimo inicio de tres derrotas seguidas. Ganar a la UD Ourense sería la confirmación absoluta de la recuperación de galones. También despejar dudas sobre su juego tras el último partido en el García Hermanos, algo que puede servir de estímulo y alerta para los jugadores. Y por el último, encender definitivamente a una afición fiel y volcada, dispuesta siempre a levantarse año tras año de cualquier varapalo.
Aunque la UD Ourense aventaja en dos puntos a los arlequinados, llega en peor dinámica de resultados. Empezó bien la liga, sumando 7 de 9 puntos, pero en los tres últimos partidos sólo consiguió un triunfo, en Barbadás por 0-1, cayendo en Betanzos (1-0) y empatando el pasado domingo sin goles en O Couto con el Arteixo. La cita en A Lomba es una gran oportunidad de calibrar su nivel competitivo y dar un golpe encima de la mesa. Su afición lo sabe, por eso viajará a Vilagarcía para arropar a su equipo por quinta vez en menos de dos años.