El barrio ribeirense de Deán Pequeño fue escenario esta tarde de una batalla campal entre integrantes de clanes de la capital barbanzana. Fue en torno a las 18.20 horas cuando se recibió un aviso sobre dicha pelea multitudinaria, en la que llegó a haber alrededor de medio centenar de personas implicadas. Hasta el lugar acudieron en un primer momento cuatro agentes de la Policía Local y tres efectivos de la comisaría de la capital barbanzana, a los que posteriormente se fueron sumando componentes de sus unidades judicial y científica, e incluso el comisario Diego Anaya. Según pudo saber este periódico, en la reyerta se arrojaron piedras y señales e incluso llegaron a intervenirse varillas de puestos ambulantes de mercadillo, bates de beisbol y barras de hierro. Además, una de la personas que se encontraba en ese lugar resultó herida y fue trasladada en una ambulancia de Urgencias Sanitarias de Galicia-061 hasta el Hospital do Barbanza para que recibiera la asistencia que precisaba y le realizasen pruebas para determinar el alcance de sus lesiones. , y una de la personas que se encontraba en ese lugar resultó herida y fue trasladada en una ambulancia de Urgencias Sanitarias de Galicia-061 hasta el Hospital do Barbanza para que recibiera la asistencia que precisaba y le realizasen pruebas para determinar el alcance de sus lesiones.
Por el momento no se han practicado detenciones y se mantiene abierto el operativo desplegado. Al cierre de esta edición hasta el lugar se movilizaron tres furgones de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) del Cuerpo Nacional de Policía, que estaba previsto que inicialmente permanecieran toda la noche para controlar la situación y actuar en caso de que se reavive la batalla campal.
La Policía Nacional había desplegado en la tarde de ayer un dipositivo en Ribeira -una docena de efectivos- para proteger a esa misma mujer que, según denunció, había recibido amenazas por parte de la familia de su marido fallecido. Además, contó que ella y su hija menor de edad habían sido retenidas la semana pasada en una vivienda en Vilagarcía de Arousa, y se dirigió a la Policía Local de dicho municipio pontevedrés para denunciar que había permanecido contra su voluntad en esta casa, donde supuestamente la habían obligado a cortarse el pelo y a vestir de luto. Tras lograr huir y volver a Ribeira, denunció en sede policial estos hechos y las amenazas que supuestamente le proferían estas personas. Ante la posibilidad de que la familia del difunto pudiera presentarse allí, en la tarde de ayer la Policía Nacional envió, tal y como se indicó, a un importante grupo de agentes al entorno de la vivienda, en Xarás, con la finalidad de protegerla a ella y a su hija, pero finalmente se desactivó ese priner operativo porque no acudió nadie a cumplir con las referidas amenazas.