La jornada volvió a tener todos los atractivos de un día de fiesta y romería. Pero sin duda la imagen del San Mauro en Vilanova de Arousa es la popular degustación de callos.
La estampa volvió a repetirse en todos los locales hosteleros y casi en cada hogar. Nadie quiso perderse la oportunidad de saborearlos. Sean en plato o simplemente como tapa, los callos son parte de la fiesta y de la tradición secular en este municipio.
El programa arrancó a primera hora de la mañana, con salva de bombas seguida de los pasacalles que ofreció la charanga Fanfarria Furruxa.
Hubo misas cada hora desde las nueve y hasta el mediodía, en que se ofició la liturgia solemne, cantada por el Coro San Sadurniño de Cambados. Tras ella, salió la también acostumbrada procesión.
Por la tarde, los fieles tuvieron ocasión de asistir a más misas y, desde las siete y media, la antigua iglesia de A Pastoriza acogió el concierto del grupo M80, con entrada libre, actuación que supuso el colofón a un día de fiesta rodeado en rojo en el calendario de todas las generaciones de vilanoveses.