La dialéctica política a cuento de la moción de censura en la Mancomunidade do Salnés continúa y ahora incluye el papel de la Xunta en la resolución del grave problema de la comarca para afrontar cada verano con una planta potabilizadora que se le queda pequeña. Es el único acuerdo entre el PP y el PSOE, que discrepan sobre la colaboración autonómica.
Ni en tiempos de los populares se consiguió la financiación al cien por cien del proyecto, a pesar de existir promesas al respecto para una obra que sí consiguieron traducir en un proyecto y tener incluso listo el terreno necesario para ampliarla. Cuando la izquierda accedió al poder comarcal se produjo un cambio de criterio donde la administración superior empezó a reclamar cofinanciación en estas obras millonarias invocando el principio de la competencia municipal, en este caso comarcal. ‘Por h o por b’, esta es la situación presente y por ello los populares acusan a la presidenta Marta Giráldez de “mentir” sobre que tiene que pagar el cien por cien: “É algo que non se fai en ningún sitio (...) o que ten que facer é buscar a colaboración máxima da Xunta e ela non foi quen de conseguilo, ten que admitilo”. Sobre esto, la socialista manifestaba el viernes que las tres peticiones realizadas para una reunión “non recibiron resposta”, la última en noviembre.
Pero el PP saliniense quiere desmontar la “teoría de la conspiración” mentada por socialistas de la comarca, como los cambadeses, donde aún esperan a ser recibidos por el tema del asilo. Y lo hace destacando los proyectos autonómicos millonarios que está ejecutando en localidades gobernadas por el PSOE como la capital del albariño y Vilagarcía para mejorar el saneamiento y la depuración, una competencia también municipal, aunque están enmarcados en el plan genérico gallego para librar a las rías gallega de vertidos contaminantes. El gobierno autonómico “sempre colabora cando se presentan bos proxectos e hai negociación” y Giráldez “non sabe facelo” y “por iso a maioría da Macomunidade quere relevala do seu cargo”, replicaron.
En general, le siguen acusando de tener “incapacidade de xestión” e incluso ironizan prometiendo que “non imos rebentar o seu traballo xa que non fixo absolutamente nada de proveito e limitouse á súa propia proxección persoal”, asegurando además que su gestión “só é defendida por ela mesma e por algúns alcaldes do PSOE, que non todos, así que pedímoslle menos autocomplacencia”. También que abandone “a súa pataleta e os descursos erráticos por non aceptar a democracia das maiorías” frente “ás políticas sectarias e solitarias do PSOE”. En su opinión, el de la comarca es un partido “feble e sen persoalidade” que sigue “o argumentario do sectarismo e a confrotación dos socialistas de Vigo aos que non lles importan as necesidades dos nosos veciños “y cuyo objetivo es “converter á provincia nun campo de batalla ao que non estamos dispostos”, agregaron, negando al mismo tiempo que su moción vaya romper ningún consenso.
Para sustentar sus acusaciones refirieron las declaraciones del BNG, criticando el cierre en falso del pacto por la mayoría, e hicieron hacen suya la expresión utilizada el viernes por la propia socialista para indicarle que “a bomba de reloxería é a que temos nós coa súa Presidencia e vai ser desactivada por un goberno forte, unido e cunhas formas moi distintas ás dela, como se pode ver na mesura do candidato David Castro”.