Universidades pobres y DeepSeek

A veces los datos nos vuelven tan locos que no sabemos qué es verdad o mentira, no importa si van de economía, paro, tecnología o educación. Aún así déjenme comparar unas cifras aparentemente inconexas. La Universidade da Coruña tiene un déficit de 13 millones. Pedro Sánchez presentó el proyecto ALIA, “la primera infraestructura pública europea, abierta y multilingüe” de inteligencia artificial, con un presupuesto de 10,5 millones. Y los chinos de DeepSeek han creado en meses y con 5 millones una inteligencia artificial que hundió en bolsa a un sector que mueve cheques tan milmillonarios como la prometida Stargate de Trump y sus, asómbrense, 500.000 millones de dólares.


Al margen de que Trump sea o no un bocazas, quienes afirmaron que el proyecto español de ALIA era puro humo, porque con ese dinero no se puede hacer nada, se han comido sus palabras con la aparición de DeepSeek. Claro que, como los norteamericanos, los chinos pueden ser unos fantasmas. Solo que en vez de presumir de inversiones astronómicas, presumen de eficiencia. Pero también puede ocurrir que los brokers no sean del todo tontos y si han castigado a Nvidia es porque se han creído eso de que, a veces, con poco se puede hacer mucho. Tanto como enfrentarse a Silicon Valley y Washington y arrasar en una jornada bursátil.


¿Cuál es el secreto, dicen, de DeepSeek? Pues aquí enlazo con el déficit de la universidad coruñesa. Resulta que la empresa china apostó por tres centenares de recién graduados, rebosantes de pasión, con una excelente formación, mucho talento y, claro, más baratos. Ya, me dirán que los chinos son diferentes, que su cultura tiene 5.000 años de historia, que no hay derechos humanos, que es una dictadura comunista, que copian… Lo sé, pero al parecer, además de todo esto, creen en sus universidades y en su juventud.


En España, siempre acomplejados, nos reímos de una iniciativa como la de ALIA porque solo invierte ¡el doble que DeepSeek! Nos partimos la caja con proyectos como el “pajaporte” o el Radar-Covid. Con las webs de la administración que ni siquiera funcionan con cualquier navegador. O con el DNI electrónico, el permiso de conducir en el móvil, los certificados digitales, la CLAVE, la CHAVE, la “Carpeta Ciudadana” y todo lo demás, que va como va, es decir, cada uno a su aire. Sí, nos reímos y ni se nos ocurre relacionarlo con que las Universidades están sin un euro. Pues habrá mucho incompetente en este país, pero a lo mejor si prestáramos más atención a la formación de nuestros científicos y nuestros técnicos alguna iniciativa podría tener peso mundial, aunque sea con presupuestos a lo chino. Ingenuo que soy.


Esta semana las universidades celebraron su festividad de Santo Tomás de Aquino. La UDC peleándose con su déficit, vendiendo edificios y esperando al nuevo modelo de financiación que tenga a bien conceder la Xunta. En las barras de bar y en las redes sociales dirán que son unos vagos pedigüeños, que hay demasiadas universidades, que cobran sueldos de escándalo, que los chavales salen al mundo real sin saber nada de nada. Y es verdad que la Universidad española tiene muchos problemas. Pero esta carrera, mejor dicho, guerra que se nos ha caído encima solo puede ganarse, o siquiera mantenerse, a base de conocimiento e investigación. Y el único lugar donde se genera es en la Universidad. Ni en X, ni en el bar, ni el “forocuñaos” de turno. Los chinos, si dicen la verdad, nos han demostrado que cualquiera puede conseguirlo. Cualquiera que, en vez de reírse, crea en cuidar a sus universitarios y aprovechar su talento.


Permítanme dar un dato más. La universidad donde estudió el CEO de DeepSeek maneja 3.000 millones de euros de presupuesto anual. La UDC, 170. Será que los chinos saben dónde invertir y dónde ahorrar.

Universidades pobres y DeepSeek

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