Jacobo Pérez Gulín presidió ayer el primer Pleno desde que asumió la Alcaldía el pasado mes de diciembre tras la marcha del anterior regidor socialista, Juan Manuel Rey. Lo hizo en un clima de diálogo con la oposición y reestructurando el equipo de gobierno con la entrada de Luis Ares Galbán, vicepresidente de la Comunidade de Montes de Santa María, que asumirá a partir de ahora la Concejalía de Seguridad Ciudadana y será responsable de las parroquias de Santa María, San Andrés y Bemil. Por su parte, el regidor asumirá las competencias en Vivienda, Urbanismo y Personal que dejó el alcalde saliente, así como mantendrás las carteras de Obras e Infraestructuras, Economía, Hacienda, Comercio y Empleo.
De igual modo, el Pleno aprobó —con los votos favorables de socialistas y nacionalistas— el establecimiento de una dedicación parcial para Pérez Gulín tras el cambio de cargo. Una condición con la que ya contaba cuando asumía la segunda tenencia de alcalde. No obstante, pese a que en un primer momento el Partido Popular señalaba que se debatiría una subida del 3% en los sueldos del alcalde y dos concejales, lo cierto es que dicha subida corresponde al incremento salarial de la plantilla municipal, que ya se había formalizado y que no se trató en el Pleno, tal y como confirmó Pérez Gulín.
Así, el Concello cuenta actualmente con dos dedicaciones parciales, correspondientes al propio regidor y al edil de Medio Ambiente, Juan Carlos Ortigueira, que perciben una suma de 32.250 euros brutos anuales y otra exclusiva de 51.503 euros brutos anuales para el teniente de alcalde, Manuel Fariña. En este sentido, el portavoz popular, Fernando Pérez Domínguez, calificó la situación como “anómala” y subrayó que “non é axeitado que o tenente de alcalde —Manuel Fariña— cobre máis que o propio rexidor”. En este sentido, cuestionó la retribución de Fariña, que considera “desproporcionada” y censuró al nacionalista que cobre más como concejal que en su actividad profesional anterior. Baremo que hasta ahora, explicó, utilizaron los gobiernos predecesores.
En cuanto a la dedicación parcial de Pérez Gulín, el portavoz de la oposición le reprochó que se limite a 25 horas semanales en su cargo de alcalde que, a su juicio, precisa de una dedicación exclusiva para atender las cuestiones del día a día del Concello. Asimismo, el edil popular reiteró su oposición al coste que suponen los salarios del equipo de gobierno, que cifró en 115.875 euros brutos anuales, a los que hay que añadirle la mayores entre un 30% y un 35% más de cotizaciones sociales. “Os veciños de Caldas terán que pagar practicamente 400.000 euros, incluíndo tamén as correspondentes cotizacións sociais, polas nóminas destes tres concelleiros nos dous anos e medio que restan de mandato, polo que se non estamos ante un roubo se lle parece moito”, denunció antes del Pleno. “É unha aberración e un sablazo aos petos dos veciños de Caldas e máis tratándose dun goberno tan dividido, feble, ineficiente e ineficaz que non merece, nin de lonxe, estas cantidades”, añadió.
Por su parte, Fariña, defendió las retribuciones del equipo de gobierno y recalcó que lo presentado al Pleno “é exactamente o mesmo que o que aprobamos na sesión de investidura”, ya que no se aprobaron ninguna liberación a mayores, respetando así el pacto de gobierno acordado por socialistas y nacionalistas. También lo puso en valor Pérez Gulín, que recalcó su decisión de no cambiar su dedicación y, por ende, subirse el sueldo, pese al cambio de cargo.