Cáritas advierte de que en Vilagarcía se llegan a pagar hasta mil euros por una habitación compartida: "Se nos va de las manos"

Cáritas advierte de que en Vilagarcía se llegan a pagar hasta mil euros por una habitación compartida: "Se nos va de las manos"
Mar Viqueira, en el centro, junto a Mila Hermida y Manuel Reigada

Cáritas Interparroquial Arousa advierte de que el problema de la vivienda está agravando la situación de las personas sin recurso, llevando al "sin hogarismo" a perfiles que hasta ahora habían ido "tirando" con una prestación que les permitía alquilar una habitación.

 

Ahora, pagan una media de cuatrocientos euros, dio a conocer Mila Hermida, coordinadora de la entidad, que destaca casos como el de una mujer rusa a la que le cobraron mil euros por compartir una habitación. "Se nos va de las manos", advierte la trabajadora de Cáritas. Especialmente difícil es para los inmigrantes que llegan sin trabajo y, por tanto, sin papeles, por lo que "aínda que traian os seus aforros, non lles queren alquilar".

 

El hacinamiento es otro de los problemas que preocupan en Cáritas. "Chegan familias de América Latina, con dous ou tres fillos, e nunha casa chegan a estar quince personas", apunta Hermida Miser, que señala que "tentamos xestionar cada caso, pero non hai parque de vivendas para dar resposta".

 

Esta situación provoca la llegada a la calle de nuevos perfiles. Si hasta ahora eran los hombres de mediana edad, normalmente con alguna adición, los que se encontraban sin hogar, ahora son cada vez más mujeres, llegando ya al 19 por ciento. Y este dato preocupa en Cáritas ya que "a vulnerabilidade é moito maior".

 

Un año del traslado

Cáritas cumple un año en las instalaciones de Rosalía de Castro que, destacó la directora, Mar Viqueira, permitió "diginificar" la atención personalizada e integral que reciben los usuarios. Ahora lo hacen en una sede que tiene mucha mayor capacidad y también es más cómoda y completamente renovada. Las duchas se triplicaron (pasaron de una a tres) y también es mayor el servicio de lavandería, así como el ropero.

 

Viqueira señala que, antes del traslado, la preocupación era si el comedor social funcionaría igual (por las rutinas asentadas). No solo es así, sino que incluso se incrementó. La media se encuentra ahora en los 40-45 usuarios durante la semana y 60-65 los viernes y sábado, según explican desde la entidad, que entre enero y septiembre sirvió un total de 11.355 comidas, lo que supone un incremento de 200 al mes.

 

"Se ha dignificado la atención a las personas", señala orgullosa Viqueira, que lo achaca al "esfuerzo de los integrantes de Cáritas" y a la implicación y compromiso del voluntariado, que se aumentó en este tiempo, sobre todo entre las edades más jóvenes. 

 

La directora de Cáritas puso el foco en las dos pobrezas que se suman al panorama, la de la "soledad"  y la de las familias inmigrantes con menores que no tienen papeles. Sobre el primer punto, Hermida hace hincapié en la importancia de la atención psicológica, un servicio que en 2023 atendió a 46 personas, la mayor parte mujeres.

 

El traslado también permitió aumentar la formación, sobre todo la laboral. La entidad cuenta, además, con una bolsa de trabajo. Además, en la sede de Rosalía de Castro se llevan a cabo talleres, proyecciones de cine y una reunión semanal (cada martes) de personas de diversas nacionalidades, para evitar su aislamiento y favorecer el contacto social.

 

Ahora Cáritas se enfrenta a un nuevo reto, la reducción de las ayudas de alimentos que Viqueira cree que minorará todavía más con la normativa europea sobre residuo cero, que complicará las aportaciones de supermercados. La entidad colabora con los Servizos Sociais del Concello y con otras asociaciones, como Cruz Roja. A cambio, aumenta la solidaridad de la población y "tendremos que poner nosotros más", apunta la directora de Cáritas Interparroquial de Arousa, que destaca la importancia de campañas como las que se llevan a cabo durante las navidades en colegios y otras instituciones y empresas.

 

Las cifras

"El reto de 2024 es dar capacidad a toda esta demanda", señala Manuel Reigada, secretario de Cáritas. El presupuesto con el que cuenta ronda los 400.000 euros, un sesenta por ciento procedente de subvenciones. "Todo está auditado", apunta Hermida.

 

Las cifras hablan por sí solas. Entre el 1 de enero y el 30 de septiembre fueron 294 los usuarios que atendió Cáritas, muy por encima de los 176 de 2022 y cerca de los 298 que pasaron por la entidad durante todo el año pasado. Aunque la realidad es que no todos los usuarios se pueden contabilizar, ya que muchos llegan durante el fin de semana, cuando no hay atención técnica. La lavandería tuvo 250 solicitudes y 81 usuarios; el servicio de higiene, asistió 252 solicitudes y 47 personas se beneficiaron del servicio de peluquería, que presta una voluntaria de la entidad que llega cada jueves a la sede de Rosalía de Castro. Por el roper pawsaron 149 personas y hubo 265 y a todos estos servicios se suman otras ayudas, como la de medicinas, desplazamientos o entrega de correspondencia.

 

La brecha digital, que ya se hizo evidente durante el covid, es otro de los problemas que preocupa a Cáritas, al tratarse de personas vulnerables que necesitan apoyo para realizar gestiones básicas, como el sellado de la tarjeta de demandante de empleo, la cita con el médico o en otros organismos... "Es fundamental la coordinación con otras entidades y administraicones públicas. No sólo faltan los recursos, si no que también las habilidades", apuntan desde Cáritas.

 

La entidad mantiene contacto estrecho con el Concello, no solo con Servizos Sociais, sino con otros departamentos. Así, acaban de colocar papeleras en el patio trasero que da a la sede y también pidieron más iluminación. "Todo son mejoras", señala Mar Viqueira, que no oculta su satisfacción: "Estamos de celebración", concluye.

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