La sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, en Santiago de Compostela, dictó una sentencia por la que condena a dos años y 9 meses de prisión a un profesor de guitarra a un profesor de música, S.C.S., de 65 años, por los abusos sexuales que cometió hace más de 4 años hacia una de sus alumnas de 12 años de edad. Del mismo modo, le impuso la inhabilitación absoluta para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la pena y la inhabilitación especial en el ejercicio de la profesión de músico por ese mismo periodo.
Asimismo, lo condena a la pena de prohibición de aproximarse a menos de 500 metros de su víctima, de su domicilio y del centro de estudios por un tiempo de 5 años, y la medida de libertad vigilada durante tres años a cumplir una vez salga de la cárcel, restándosele el tiempo que ya se le aplicó de manera cautelar en la tramitación de la causa. Y en concepto de responsabilidad civil, el condenado deberá indemnizar a la menor con 12.000 euros, de los que ya había depositado la mitad antes de la celebración del juicio, tal y como demandaba el Ministerio Fiscal. También se le condena al pago de las costas judiciales, incluidas las de la acusación particular.
La Audiencia Provincial dio credibilidad a la declaración de la menor de edad, por entender que no incurre en contradicciones resaltables ni titubeos, además de estar conjugada con otras de trascendental importancia, como las pruebas testificales y periciales psicológicas sobre la existencia de huella psíquica y la verosimilitud del testimonio. Los hechos por los que se condena al profesor de música ocurrieron el 21 de mayo de 2012 cuando, al acabar la clase de guitarra, ambos iban hacia la puerta de salida del local parroquial de Santa Baia cerrada con llave.
La Audiencia Provincial considera probado que el profesor agarró por detrás a la niña, le tocó los pechos y la vagina, metiendo las manos por debajo de la camiseta y por dentro del pantalón y de la braga durante varios minutos, pasados los cuales ella le dijo que tenía que irse y él le contestó “no se lo cuentes a nadie”. La acusación particular añadió en sus conclusiones definitivas que el acusado introdujo un dedo en al vagina de la menor, para elevar su petición de prisión a 11 años, pero los jueves consideraron que no estaba probado.