El Villalonga FC sigue avanzando hacia la salvación a pesar de las bajas. Los de Alberto Mariano consiguieron una victoria a la altura de pocos, venciendo por 1-2 a la SD Sarriana en A Ribela. Al final del partido el técnico Guillermo Oriol presentó su dimisión tras un mes en el cargo.
Los celestes no solo deslumbraron al cuarto clasificado del grupo uno de Tercera RFEF, sino que también se colocan así dos puestos por encima del descenso con 19 puntos. Sin duda, los de Alberto Mariano plantearon un partido muy serio a un rival muy difícil que, además, en casa perdona poco.
Lo cierto, es que durante la primera mitad, la Sarriana a penas generó ocasiones de peligro, en lo que influyó también la mejora defensiva de los visitantes. Así, los de Mariano aprovecharon para encontrar la manera de hacer daño a un gran rival, y la encontraron. Los contragolpes ideados por los celestes fueron los causantes de los dos goles que anotaron los de Mariano en la primera mitad, el primero, ya a los tres minutos de iniciar el partido después de un robo de balón.
El Villalonga consiguió apretar alto cuando los locales tenían algún saque de meta o había una ocasión de balón parado en el área local. Asimismo, los visitantes entendieron después de muchas jornadas que, a veces, hay que juntarse en defensa y sufrir.
Tras el descanso, los de Mariano continuaron realizando un gran esfuerzo físico, y es que se mantenían en la misma dinámica, a pesar de que la Sarriana había conseguido volver a enchufarse en el partido ante el desgaste del Villalonga. Así, durante la segunda mitad, el combinado local mantuvo durante la mayor parte del tiempo la posesión del esférico, pero sin crear peligro en el área visitante.
De hecho, los celestes tuvieron una contra inmediatamente después del descanso, y otras dos en el final, pero no lograron materializar. De este modo, la Sarriana consiguió anotar su único gol del partido en el último minuto, en un contragolpe que culminaría Santi Gegunde.
Una importantísima victoria para los de Mariano, que no solo celebran estar más cerca de la salvación, si no también el regreso de Diego Abal a los terrenos de juego después de una durísima lesión que lo mantuvo al margen. “Está muy feliz, da gusto verle así, y ahora toca coger ritmo”, dice Mariano.