Es la nave de mayor envergadura de las que hay a día de hoy en el polígono industrial de Baión (en Vilanova) lo que evidencia que la de O Salnés (y el sur de la provincia de Pontevedra) es una zona estratégica para apostar por la recogida y tratamiento de los residuos orgánicos. En la planta de biorresiduos de Sogama se respira tranquilidad desde primera hora de la mañana porque – tal y como apuntan los técnicos que trabajan en ella– está muy lejos de estar a pleno rendimiento. La empresa gestora –UTE Prezero– cogió las riendas el pasado mes de septiembre y desde aquel entonces han notado , eso sí, un incremento del material que llega a estas enormes instalaciones. “Estamos a un 10% da nosa capacidade total”, apunta el técnico de Calidade, Víctor Pérez. Es él, junto a la delegada de la zona sur de la firma, Natalia Regueira, el que nos guía por el interior de la planta. “A capacidade da planta é para 22.000 toneladas de mezcla ao ano. É dicir, 15.000 do que son propiamente residuos orgánicos e 7.000 de estruturantes”, manifiestan ambos.
Es, con diferencia, la planta más grande que Sogama tiene en Galicia y con la tecnología más puntera del mercado. “Si, as outras son moito máis pequenas, teñen menos capacidade”, explican. Además de las bases que tiene en Cervo, Verín y en Cerceda a la actividad en cuanto a recogida de residuos orgánicos se suman también las plantas de transferencia de O Porriño y de Silleda. “Vigo está facendo agora unha. Despois todo o que alí se almacene virá tamén para aquí para Baión”, explica Natalia Regueira.
Desde su entrada en funcionamiento en Baión se recepciona la basura orgánica de Pontevedra (el que más cantidad aporta, tanto por la trayectoria que tiene en recogida como por su población), de O Grove (también muy destacado en este tipo de proceso) y otros como Sanxenxo, Vilagarcía, Cambados, Meis, Caldas, Padrón, Poio, Ribeira, Vilanova y la Mancomunidade do Morrazo. También reciben el material de las plantas de transferencia de O Porriño y de Silleda. “Estamos á espera de que se incorpore ao listado Vigo, que está facendo a súa planta de transferencia e acaba de poñer en marcha non hai moito o tema dos colectores marróns. Aí entendemos que aumentará de forma notable a cantidade de residuos que vaian chegar aquí”, explican los técnicos.
Lo que sí constatan es que todavía queda mucha pedagogía por hacer. “Aínda chegan moitos impropios”, reconocen. Estos son aquellos residuos que no pueden ir al contenedor marrón, sino que deben descartarse en otros colectores. “Teñen chegado aquí ata ordenadores”, matizan los técnicos. Cuando los residuos llegan a Baión se realiza un proceso de triaje manual para retirar los impropios más evidentes.
En el mes de enero de este año entraron en la planta de Baión un total de 140 toneladas de residuos orgánicos. Estas no son suficientes para activar ni uno de los ocho túneles de procesado existentes para – con estructurante– convertir lo orgánico en compost. Necesitan entre 200 y 250 toneladas. “Por iso ímolo acumulando ata acadar a cantidade que precisamos. Iso tarda uns días porque o volume que recibimos aínda a día de hoxe non chega”, declaran. Dentro del túnel el proceso dura un total de ocho semanas, pero ya previamente se ha pasado por un proceso de biosecado que dura unas cuatro semanas. Tras salir del túnel el material es sometido a lo que se denomina “post maduración”, dado que el compost está todavía húmedo y hay que ir volteándolo para llegar a que alcance el punto preciso. En total son cinco fases muy definidas: almacenaje del material; pretratamiento y afine; maduración; túneles de compostaje y tratamiento de aire.
El primer compost elaborado en la planta de Baión está a punto de salir. “Estamos elaborando un plan de comercialización. Está pendente duns análises e se os pasan xa se podería usar”, manifiestan. Se empacará en bolsas y sus beneficios como abono son múltiples.
Desde Sogama son conscientes de que todavía queda mucho por hacer y por eso están en contacto permanente con los concellos para promover campañas de concienciación que ayuden a que la gente separe mejor los residuos. “Agora estamos especialmente centrados nesta zona do Salnés”, explican.
“O que está claro é que os concellos, e tamén os cidadáns, deben entender que separar os residuos é algo non só positivo dende o punto de vista medioambiental, senón tamén económico”, manifiestan desde Sogama. De hecho recuerdan que cuánta menos basura del contenedor gris (antes contenedor verde) generen los concellos, menos deberán pagar a la entidad. “O canon por tonelada para os biorresiduos é de 51,4 euros, o que supón 31,4 € menos que a bolsa negra. O canon da fracción resto está fixado en 108 euros por tonelada”, señalan desde Sogama. Recuerdan que, en todo caso, los concellos tienen la posibilidad de acogerse a un canon reducido de 95 euros tonelada supeditado a una serie de requisitos que son, por ejemplo, reducir en un 1% los residuos de la bolsa negra e incrementar el volumen de reciclaje bien en el contenedor marrón o en el amarillo.
“Os concellos deben entender que separar os residuos é un beneficio ambiental, pero tamén económico”
Lo cierto es que los concellos intercalan diversas fórmulas para realizar la separación de los residuos, desde el contenedor marrón (como es el caso de Vilagarcía) a la apuesta total por el compostaje comunitario o por los individuales, estos últimos aptos para viviendas unifamiliares. La ley es la que obliga, en todo caso, a cambiar la mentalidad e irse adaptando a un proceso mucho más sostenible y también más barato.